El cantautor cubano Silvio Rodríguez intimó con miles de peruanos a la luz de la luna y bajo el cielo despejado de la Explanada del Estadio Monumental, donde se realizó su esperado conciertos, tras siete años de ausencia.

Hablar de Silvio Rodríguez es hablar de los orígenes del movimiento conocido como Nueva Trova Cubana, el cual lo tuvo entre sus máximos exponentes junto a Pablo Milanés, y que fue una consecuencia artística de la Revolución Cubana.

Pasadas las 8 de la noche, el local de Ate no estaba ni a la cuarta parte de su capacidad para recibir a Silvio a la Carta, teloneros peruanos que con una propuesta de música latinoamericana, landó y vals, interpretaron temas propios y un pequeño homenaje a la estrella cubana con “La hormiguita” e “Imagínate”.

Al promediar las 9:00 de la noche, con mucho más público, vistiendo una camisa guinda con la bandera cubana bordada y un sombrero blanco, Silvio Rodríguez apareció ante un recatado pero apasionado público que, sentado en sus sillas, lo recibió con fuertes aplausos, ovaciones y gritos de saludo.

LA TROVA COMO MARCA REGISTRADA

El repertorio de Rodríguez abordó 26 canciones cargadas de sentimiento, protesta y amor. Durante más de dos horas, el trovador y su banda de músicos, en la que resaltaba su esposa Niurka Gonzáles en la flauta y clarinete, supo mantener concentrado a un público que recién se dejó llevar por la pasión en la última media hora de show y prefirió permanecer sentado, en su mayoría.

“Segunda cita” y “Días y flores” abrieron la gala, recibiendo a un Silvio poco elocuente, que se fue y volvió del escenario hasta en cuatro oportunidades. Fue con la canción “San Petersburgo” que el trovador contó el origen de su composición, la cual fue inspirada en una historia que el escritor Gabriel García Márquez le contó en una amena conversación en un avión.

Los asistentes, entre ellos el Ministro de Cultura Lusi Peirano, el congresista Sergio Tejada y el humorista Carlos Álvarez, fueron una mixtura de generaciones que demostró que el casi medio siglo de carrera musical de Silvio Rodríguez no es en vano, por lo que no sorprendió ver jóvenes emocionados con canciones hechas cuando ni habían nacido, aunque también hubieron los que aprovechaban la calma del espectáculo para tomarse fotos.

Fue en la última media hora de show que el público dejó su desgano de lado para levantarse de sus sillas y corear a voz en cuello y con los brazos al cielo temas como “La maza”, “Quién fuera”, “Ojalá”, “Unicornio” y “Cita con Ángeles”.

DEDICATORIA A MADURO

Lo esperado del show, pues es conocida la tendencia izquierdista del cubano, fue que se pronuncie respecto a la coyuntura de la región: La situación en Venezuela y la asunción de Nicolás Maduro como presidente venezolano.

De esta forma, Silvio le dedicó al flamanete mandatario de Venezuela la canción “El necio”, de la misma manera que lo hizo con Evo Morales hace unos días en Bolivia, resaltando la cita “Yo me muero como viví” durante la canción. La dedicatoria fue aplaudida por un gran porcentaje de público, aunque otro grupo neutral se mantuvo reacio a asimilar una dedicatoria al poco popular presidente venezolano.

El público despertó y saltó de su silla cuando Silvio interpretó el último bloque de canciones compuesto por “Unicornio”, “Pequeña serenata diurna”, “Tonada del albedrío”, “Sueño con serpientes” y “Ángel para un final”.

Tras dos horas y media de show, y visiblemente cansado (a sus 66 años, la edad juega un factor importante) el cubano se despidió con un bien recibido “gracias Lima”, que selló la noche de poesía al aire libre. Silvio Rodríguez no necesitó interactuar abiertamente con el público para ganarse su corazón y lograr que la Explanada del Estadio Monumental se mimetice con el enérgico rasgueo de una guitarra libre y enamorada.

Por: Robinson Reyna (@rob_core en Twitter)