Tras un largo día de música, los miles de asistentes pudieron deleitarse con los casi treinta temas que la banda de Seattle interpretó en un concierto que fue de menos a más.

Después de escuchar el primer solo de guitarra de la noche y de presentar volando a los miembros de la banda, Pearl Jam entonó el potente “Do the Evolution”.

Apenas habían transcurrido unos minutos desde el comienzo de su recital cuando Eddie Vedder tuvo que interactuar brevemente con el público para poder tomarse un breve descanso.

A los cuarenta y cinco minutos de concierto, Pearl Jam dio un respiro a su rock duro y directo con “Just Breathe” de su disco Backspacer (2009), una canción alejada del registro de las otros temas interpretados esta noche por la banda y que tuvo muy buena recepción.

A mitad de actuación, los de Seattle se retiraron durante unos instantes al camerino, momento que aprovechó mucha gente para irse a casa a pesar de que el “grunge” prosiguió durante un buen rato más.

La formación de culto dejó para la segunda parte de la noche algunas de sus canciones más emblemáticas, como “Black”, de su primer y exitoso disco Ten (1991), con la que deleitó a sus más fieles seguidores que aguantaron hasta el final, tras doce horas ininterrumpidas de música.

Pearl Jam mostró durante dos horas y cuarto su capacidad de reciclaje a lo largo de sus más de dos décadas subidos a los escenario, alternando temas cercanos al “hard rock” y ritmos más suaves, pero sin olvidar el subgénero que les catapultó a la fama en los noventa, el “grunge”. EFE