Antes de su demolición, el Candlestick Park de San Francisco pasó a la historia por segunda vez. Pues no solo fue testigo del último concierto de los Beatles en 1966, sino que también albergó a Paul McCartney en solitario esta semana.

Del mismo modo que el Candlestick despidió al cuarteto de Liverpool un frío 29 de agosto de 1966 (pues en San Francisco el verano es especialmente frío), también recibió al sir Paul McCartney 48 años después de haber pisado dicho escenario junto a John Lennon, George Harrison y Ringo Starr.

“No podía perdérmelo, sencillamente no podía. Estuve cuando los Beatles tocaron en el 66 y ese concierto me marcó para toda la vida, así que ahora tenía que volver”, explicó a Efe Rose Kurtz, una vecina de Reno (Nevada) que se trasladó a San Francisco únicamente para presenciar el histórico evento.

Tal era la expectativa por el concierto de McCartney que las entradas, a un precio de entre 50 y 255 dólares, se agotaron en tan solo dos horas.

Por ser una ocasión especial, ‘Macca’ animó la fiesta con más de 900 efectos pirotécnicos, una cifra muy superior a la que habitualmente usa en sus actuaciones.

Hace casi cincuenta años, John Lennon, George Harrison, Ringo Starr y el propio McCartney ofrecieron a los 25 mil asistentes a su último concierto clásicos del cuarteto de Liverpool como “Yesterday”, “Long Tall Sally”, “Paperback Writer” y “She’s a Woman”. En aquella ocasión, las entradas para los aficionados costaron entre 4,5 y 6,5 dólares.

Cabe mencionar que el concierto del Candlestick es considerado el último oficial, pues los Beatles volvieron a reunirse una vez más el 30 de enero de 1969 por sorpresa en el tejado de la discográfica Apple Records de Londres, la que sería su última actuación juntos.

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