En menos de una semana, regresará a Lima. Ya no cantará en solitario, como lo hacía hace algunos años en Barranco, sino con una banda completa y con un local que lucirá repleto.

La artista chilena no cree en casualidades. Ella está convencida de que su actual momento solo es parte de una locura que buscó hace más de 10 años cuando decidió abandonar su natal Chile y empezar de cero en Ciudad de México. Mon ya no es más la muchachita que encantaba a todos con su voz y sensualidad. Ahora está mucho mejor. Y es que a sus notorias cualidades le ha agregado madurez, temple y mucha pasión, algo que describe muy bien en entrevista con Peru.com.

En solo algunos días regresas a Lima, ciudad con la que mantienes un estrecho vínculo. ¿Qué sensación te produce?

Estoy muy emocionada. El otro día hice una escala a Lima, rumbo a Buenos Aires, y solo con esa escala de una hora se me agitó el corazón. Tengo mucha historia en Lima, una de mis mejores amigas es peruana, canciones que escribí allí, como ‘Tu falta de querer’. Me acuerdo que el tema no tenía nombre aún cuando la toqué por primera vez y al terminarla, Cristina Valentina (cantante y compositora peruana) me sugirió que la llamara así.

Antes en solitario, ahora con una banda completa…

Siempre he ido sola con mi guitarra a tocar en bares. La última vez toqué en las calles de Barranco, con mis fans ayudándome a vender discos. Ahora voy a regresar a Lima con la banda completa y en un concierto masivo. Me emociona mucho.

Tus fans han aumentado considerablemente en unos cuantos años. ¿Cómo te has sentido en tus últimas presentaciones con las localidades agotadas? ¿Estabas preparada para ello?

No estoy preparada para nada y me gusta no estarlo, porque me gusta sorprenderme. Cada concierto, cada ciudad, cada lugar es diferente y esta, en particular, va a ser muy especial. Me gusta emocionarme y ya quiero saber cómo me va a recibir el público de Lima. ¡Qué nervios!

Ya les había dicho que los amo?

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¿Qué recibirán tus seguidores peruanos este 5 de julio en el Barranco Arena?

Vamos a tocar el disco nuevo ‘La trenza’ y algunas canciones del Volumen 1, del Tornasol… las más emblemáticas. Vamos a tratar de consentir a los fans peruanos lo más posible.

Es imposible no percatarse de la influencia peruana en tus composiciones…

Tengo muchísima influencia de la música peruana, de hecho, hago mis playlists en Spotify con valses, música criolla. El sencillo Amárrame es una cumbia, y es que estuve escuchando música chicha. Sé que el tema no es chicha como tal, pero tiene un poco de esa psicodelia influenciada por tanta música peruana. La chicha me encanta, está entre mis géneros favoritos.

Y el vals está muy presente en tu último disco…

Te cuento, en Valparaíso, ciudad donde he crecido, al vals peruano lo respetamos como algo muy nuestro. De hecho, hay un vals llamado ‘La joya del pacífico’ que interpretaba Lucho Barrios, que lo adoptaron mucho aquí. La música de Perú se metió desde mi infancia.

#AmárrameTour

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En La Trenza has compartido con grandes artistas como Enrique Bunbury y Juanes. Cuéntanos cómo se dio la posibilidad de grabar con ellos.

Las colaboraciones tienen historias diferentes. Enrique Bunbury, por su cuenta, hizo una reseña en sus redes sociales acerca de mi música. Yo no lo conocía y quise darle las gracias personalmente. Luego él fue a un concierto mío en el Auditorio Nacional, en México. Allí nos conocimos. La gente insistió mucho en redes sociales para que cantemos juntos y con el tiempo le mandé la canción, que él accedió amablemente.

¿Y con Juanes?

Lo de Juanes fue al revés. Yo tenía una cumbia, algo nuevo para mí. La disquera me preguntó si quería cantar con alguien y a modo de broma le dije que quería hacerlo con Juanes. Fue como cuando le mandas la carta a Santa Claus y sabes que nunca la va a leer (risas) Fui a su casa y ahí empezó una amistad bien bonita con él. Soy bien afortunada la verdad. Después de haber sido fan toda la vida, me pone muy feliz ahora trabajar con ellos.

Desde muy pequeña te has interesado en la música, pero en qué momento de tu vida te diste cuenta que querías dedicarte a ella.

Hay un día que recuerdo mucho, cuando competí en la escuela cantando un popurrí de Juan Gabriel y que era la primera vez que cantaba en un escenario con luces, de noche, con una banda y todo. Lo curioso es que no sentía nervios, ni frío ni nada. Entré como en un estado de plenitud máximo. Con 9 años me di cuenta de lo que quería hacer siempre. Fue como un clímax. Siempre amé la música y quise cantar, tocar y bailar, pero subirme al escenario fue lo que terminó por enamorarme.

Tengo una frase muy cliché, pero es la verdad: nací para esto, es lo que me tocó. Nací con el don de cantar y con el deseo de hacerlo. De pronto hay gente que le gusta mucho cantar y se apasiona, pero no tiene el don; como también hay gente que tiene el don pero no le gusta. Conmigo se juntaron el don y el deseo de hacerlo posible.

Los inicios en Chile, la decisión de viajar a México para empezar de cero, estar lejos de quienes amas, la posterior explosión en tu carrera… ¿Defines todo esto como una locura?

Sí, una locura, sobre todo en el comienzo. México era un lugar desconocido, estaba sin contactos, sin amigos. Claro que fue una locura, pero yo la busqué. Siempre he buscado salir de mi zona de confort, nunca me ha gustado quedarme estancada, lo encuentro tan aburrido. Sé que solo tengo una vida y la tengo que aprovechar al máximo. Es una locura maravillosa que me viene durando 10 años en México. Y ahora la locura se ha expandido porque me ha llevado a mostrar mi música en otros países, regresar a Chile, volver a Perú, estar en Colombia, Argentina… ha sido todo muy beneficioso.

#AmárrameTour Foto @mtzphoto

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Para llegar hasta aquí, has tenido muchos tropiezos. ¿Qué momento te hizo tambalear?

Creo que tiene que ver con algo personal, de la exploración musical, de las inseguridades. De pronto uno puede convertirse en su peor enemigo. A mí me ha jugado malas pasadas cometiendo muchos errores, de no creer en mí. Ese ha sido el mayor impedimento en mi carrera y sigo con esos temores, porque esto nunca se termina. Por eso cuando me preguntan ‘qué me falta’ digo que seguir creciendo artísticamente, no quedarme estancada y ser la copia de uno mismo. Ese siempre va a ser mi mayor deseo.

He notado una disputa curiosa entre tus fans en las redes sociales. Mientras tus seguidores chilenos inflan el pecho por tus logros, los de México aseguran que eres mexicana de corazón…

A mí no me gusta que mis seguidores se peleen, pero también me da mucha ternura porque al final es una muestra de orgullo por lo bien que a uno le está yendo. Ahora, la verdad es que hay dos realidades: como proyecto nació en Ciudad de México, pero por otro lado debo explicar que no creo en el nacionalismo. Se me hace muy nazi, creer que tu país es el mejor. Yo creo en las personas y en el amor. Puedo estar en México, Chile o Perú y la música igual conecta. Me quedo con eso.

Entonces nos quedamos con ‘Mon Laferte, de Latinoamérica para el mundo’

Digamos que sí. Suena mejor.

Por: Giancarlos Torres. (Instagram: / Twitter: )