Miley Cyrus protagonizó una interpretación épica al lado de la mismísima reina del Pop, Madonna, quien se unió a ella para cantar el tema “We can’t stop” en un mash up con “Don’t tell me”.

Ambas divas no solo coquetearon en escenario vestidas como auténticas cow-girls, sino que se toquetearon y hasta realizaron provocativos bailes una pegada a la otra.

Casi al final del tema, Madonna dio la espalda a Miley Cyrus, quien la apretó contra su cuerpo ante un público que no dejaba de bailar de pie. “Palmeé a Madonna (duro) y le gustó”, escribió la joven artista en su cuenta de Twitter.