Lucho Quequezana es un apasionado por lo que hace. Vive y disfruta de su talento tanto como nosotros de él. Y es que Lucho no hace más que compartir ese universo de sensaciones al que ingresa cada vez que sube a un escenario y convierte los instrumentos musicales en piezas inherentes al alma.

El multiinstumentista volvió a presentarse junto a la Orquesta Sinfónica Nacional en el Gran Teatro de Lima y, tal como lo hizo en mayo, llenó el recinto con dos mágicas presentaciones.

Acompañado de Kuntur, el músico abrió el concierto con la canción que lleva el nombre de su banda. Con ello, quedó claro que uno de sus grandes objetivos fue buscar la pronta integración entre los asistentes. Lucho es un convencido de que si obtenemos una visión de la música peruana como un solo concepto, nos sentiremos más identificados, y así, la posibilidad de llegar a ser una potencia musical no debería sonar descabellada.

Bajo esta premisa, no fue difícil comprender que el concierto no mediría tiempos y solo había que acomodarse para disfrutar de más de dos horas de enérgico espectáculo.

Temas como “Landó”, “Enigmas” y “Distancias”, eran convertidas en canciones orquestadas, dirigidas por el gran Fernando Valcárcel, director de la Orquesta Sinfónica Nacional. Así, todos los sonidos de nuestro país eran enlazados en un producto único y magistral.

Lucho Quequezana se presentó como un alma sensible; transparente al relatar sus inicios en la música y conmovedor cuando agradecía al público, entre cada canción, por volver recíproca su alegría.

Un punto para destacar en Lucho fue la constante interacción que tuvo con la gente, volviendo director de orquesta a un asistente, permitiendo tocar el cajón a otro y descubriendo al resto como innatos compositores. Con “Camino al carnaval” lo demostró, levantando de sus asientos a los más de mil doscientos asistentes.

Todos de pie, aplaudiendo y transportados hacia Puno por cinco minutos, formando parte de la festividad en honor a la Virgen de la Candelaria, Lucho expresó su deseo de no despedirse, de continuar cantando para quienes asistieron al Gran Teatro Nacional. “Por mí me quedaría hasta el domingo con ustedes”. No era necesario, y es que las sensaciones que se llevaron de anoche permanecerán en el espíritu de todos por mucho tiempo.

Por: Giancarlos Torres (@giancitotorres)