A inicios de los 90’s la música que abundaba tanto las emisoras radiales como el ya establecido Mtv, era el grunge que hacían bandas como Soundgarden o Nirvana. Una escena musical totalmente diferente a lo que se puede percibir hoy día.

El impacto de este tipo de música fue tal que caló alrededor del mundo con su suciedad y agresividad. Devenido del metal, el grunge ya estaba establecido cuando una de sus máximas figuras decidió quitarse la vida el 5 de abril de 1994.

Kurt Cobain, junto a su banda Nirvana, trastocó lo que venía sucediendo en la industria musical. Estrellas pop y de otros géneros que le daban mayor importancia a todo menos a la música, canciones sin sentido o sosas que estallaban en las discotecas, y el glam rock de Estados Unidos que usaba más la laca que la agresividad en el rock.

Su disco “Nevermind” (el cual desplazó al “Dangerous” de Michael Jackson) llevó el sonido sucio del grunge, que ya había ganado adeptos a nivel local en la ciudad de Seattle, a los primeros puestos en todo el mundo. Sin embargo, curiosamente y como casi siempre pasa, el género que nació como una reacción hacia la industria musical terminó convirtiéndose en moda, las nuevas estrellas y demás se esforzaban por lucir desaliñados con su cabello y prendas. Cobain decidió partir en el inició de esa sobrexposición.

La música de Nirvana siguió viva y prevalece hasta hoy por más que Kurt decidiera jalar el gatillo de su escopeta Remington M-11 calibre 20 en su casa ubicada en el número 171 de Lake Washington Boulevard en Seattle.

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