En el mes de enero la solicitud formal que llevaba por título “Deporten a Justin Bieber y revoquen su green card” alcanzó las firmas requeridas para que la Casa Blanca se pronunciara con respecto al deseo del “pueblo de Estados Unidos” de, justamente, deportar a Justin Bieber.

Las 100 mil firmas solicitadas fueron sobrepasadas en tan solo unos días. Ellas sostenían el argumento: “Nosotros, el pueblo de Estados Unidos, sentimos que no estamos bien representados en el mundo de la cultura pop. Nos gustaría ver al peligroso, insensato, destructivo y consumidor de drogas Justin Bieber deportado y con su permiso de residencia revocado”.

Michael Wildes, un prominente abogado de inmigración en Nueva York, dijo a E! News que si Bieber fuera a ser “culpado por vandalismo en California (por el incidente de los huevos), podría llegar el día en que las autoridades de inmigración concluyan que abusó de privilegio de vivir en Estados Unidos por suficiente tiempo”.

“Es joven y su fama probablemente lo ha protegido hasta ahora, pero no puede continuar en este camino. Podría terminar decepcionando a millones de fans”, agregó Wildes.

También arguyó que incluso si Justin fuera culpado por asalto en Canadá eso “no sería considerado un crimen de índole moral que impidiese su readmisión a Estados Unidos o que lo convirtiera en deportable”.

Pues, recientemente el gobierno de Barack Obama se refirió finalmente a la solicitud indicando que lamentaban decepcionar a los involucrados, pero no tomarían cargos en el caso. Argumentaron que hay una cláusula que le permite no atender ciertas peticiones.

En la misiva aprovecharon para para señalar que la reforma migratoria podría reducir el déficit presupuestal casi mil millones de dólares en dos décadas. La Casa Blanca dijo que eso es equivalente a 12.500 millones de tickets para conciertos, o 100.000 millones de copias del álbum debut de Bieber.

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