Apreciando la vista hibernal desde uno de los hoteles más importantes de Múnich, Michael Cretu, el cerebro creativo del suceso mundial de la electrónica y new age Enigma, sonríe relajado y cómodamente vestido, cualquiera diría que no nos encontramos a casi diez grados bajo cero. Es esa calidez con la que nos recibe para hablar de The Fall of a Rebel Angel, el octavo álbum del proyecto musical que revolucionó la escena europea y mundial con Sadeness Part 1.
Tras un café y unas cuantas palabras respecto al viaje desde Perú, encendemos la grabadora para conocerlo todo acerca de este auspicioso retorno tras ocho años de silencio, el cual se apoderó del primer lugar en la lista Dance/Electrónica de Billboard, registró el número seis de ventas a nivel mundial en iTunes, encabezando también el top diez en 46 países y escalando al número uno en diez países, demostrando al globo que nuevos vientos soplan para Enigma en 3…2…1…
- Hablemos del proceso creativo de The Fall of a Rebel Angel, ¿cómo surge la decisión de traspasar el formato tradicional de un álbum y convertirlo en un proyecto multiplataforma?
Después de ocho años de haber hecho el último álbum, pensaba que quería algo más complejo para un nuevo Enigma, mucho más que solo un disco: el símbolo del número 8 es como un círculo y a la vez simboliza un nuevo comienzo. Intentaba hacer algo diferente del pasado.
Mientras trabajaba en el musical de Metropolis de Fritz Lang (que ya está terminado al 90%) junto a Michael Kunze, descubrí que me encantaba esta fase de escribir música en base a una historia, es algo nuevo que me gustó mucho.
Volví a mi estudio con esta idea, sonidos y collages en mi mente; tras medio año o nueve meses tenía muchas ideas pequeñas y no sabía por dónde empezar o dónde terminar, era necesario una línea guía. Hablé con Kunze, le dije que nuestro trabajo musical era bueno y le pregunté si quería hacer una historia para el nuevo disco, él accedió con mucho gusto.
Yo ya tenía el título The Fall of a Rebel Angel, tenía un poco del viaje en mi cabeza, pero aún no estaba del todo claro. Ya en su casa en Hamburgo, tuvimos un brain storming y Michael me planteó veinte situaciones dentro de la misma historia, como si se tratara de los capítulos de un libro. De ellos, diez me gustaban mucho, fuimos trabajando poco a poco hasta que la historia tomó forma definitiva. Nuestro viaje del protagonista fue para mí un trabajo muy inspirativo.
- ¿Cuál es el secreto de esa química artística con Kunze?
Nos conocemos treinta y dos años, somos viejos amigos, él ha escrito lyrics en alemán para mi disco Samurai. Nos conocemos de una vida, es una persona muy tranquila, inteligente y la química entre nosotros es perfecta. Además, creo que es importante que nos sentimos igual frente al hecho de que no queremos saber nada de gran publicidad ni escenarios, preferimos estar detrás de la cortina y hacer un trabajo perfecto ‘low profile’, es así como me siento bien con el proceso y el resultado.
- ¿Y cómo fue la conexión con Wolfgang Beltracchi?
Un día estaba mirando un talk show en televisión y vi a un chico, no sabía quién era ni conocía su nombre, solo estaba hablando de su vida, que había salido de la cárcel y sus otras cosas. Lo encontré una persona fascinante con un talento increíble, la decisión estaba tomada. Cuando vi cómo pintaba supe que él era la pieza faltante en el rompecabezas, hablé con su agente y desde el primer momento estuvo interesado. Cuando escuchó el título le encantó, pues los ángeles son personajes muy latentes en su obra y, tras escuchar algunos demos, encontramos esa conexión tan fuerte entre música y pintura que nadie ha hecho esta hoy. Cuando creó los doce cuadros y la portada, supe que ya teníamos el proyecto completo: pintura, historia y música.
- Fueron ocho años de silencio tras “Seven lives”, ¿cuándo supiste que estabas listo para empezar este nuevo viaje?
Es un poco como el viaje de mi protagonista, él tambié estaba en un punto donde dice “de esta manera no puedo seguir haciendo las cosas, necesito un cambio en mi vida para recuperarme y acumular energía para el futuro”. Yo estaba en esa situación después de terminar Enigma 7 después de dieciocho años y siete álbumes necesitaba hacer algo más. Empezaba a hacer Metropolis y de esa forma pude limpiar mi cabeza para empezar desde cero con Enigma. Después de cuatro años, tuvimos una pausa de seis meses para ver si todo estaba perfecto, fue durante ese descanso que volvió el entusiasmo de hacer un nuevo Enigma. El hecho de no pensar en Enigma por cuatro años y darte ese respiro, claro que lees cosas y piensas todo el tiempo en ideas sueltas, hizo que volviera la energía, el entusiasmo y la visión para un nuevo viaje.
- Tras más de veinte años en Ibiza, ¿qué te atrapó de Múnich para ser tu nuevo hogar?
Después de tanto tiempo en Ibiza, es un poco exagerado decirlo pero conozco cada árbol y cada piedra. Empecé a pensar que era necesario un cambio de sitio, nuevas impresiones y nueva inspiración. Este disco trata el cambio desde una historia simbólica, pero tiene mucho de la vida real. Era mejor vivir en una ciudad donde estás más cerca de las personas y no solo estar al tope de una montaña con vista al mar donde no ves a nadie, solo bosque y bosque, puesta de sol y mar. Necesitaba estar un poco más en el centro de la vida. A Ibiza voy cada tiempo de vacaciones, pero para el trabajo musical de un nuevo disco necesitaba este cambio.
Antes de marcharme de Ibiza ya había estado en Múnich por siete años, mi manager y muchos amigos están aquí, así que no es un cambio tan radical. Antes mi estudio estaba en Ibiza y venía de vacaciones a Múnich, ahora la situación se invirtió (risas).
- La religión, la sexualidad y la numerología son la esencia de Enigma. ¿Cómo unificar conceptos a veces tan distantes?
Eso no sabría respondértelo, es como un sueño y a la vez es emocional, todo eso sucede en mi cabeza y a veces no entiendo cómo sale, solo surge. No es que llegue al estudio y piense “esta batería va con estos cantos gregorianos”, entro al estudio y dejo fluir las emociones, me gusta y soy feliz sin un papel preestablecido. Leo muchas cosas, veo documentales en Internet todo el tiempo, toda esa mezcla produce nuevas emociones, nuevas mezclas y se da el resultado.
- ¿Cómo decidiste que Sadeness Part. 2 fuera el single debut tras ese silencio y expectativa?
Cuando empezaba Enigma 8, yo sabía que íbamos a terminar más o menos 25 años después de la salida del primer álbum (MCMXC a.D.), eso era motivo de celebración. Mucha gente, después de 25 años, hace el best of del best of, greatest hits, bonus tracks y, para serte honesto, yo no soy tan fanático de hacer eso. Yo pensaba que, una buena forma de celebrar este aniversario en el nuevo disco, era hacer como pequeños recordaris de Enigma 1 y 2 en sus inicios, pero también de una forma diferente por simbolizar cómo me suena Enigma hoy en tiempo moderno y cómo puede sonar en el futuro. Con esta idea en mi cabeza, por muchos años pensé en hacer un Sadeness part. 2 y entonces dije “si no lo hago ahora, no lo voy a hacer nunca”. Me gusta la situación de provocar, es muy peligroso después de hacer un hit como Sadeness Part. 1, pero me gusta provocar y de eso se trata. Siempre habrá gente preguntando “¿y dónde está la flauta Shakuhachi?” y bravo por eso, pero no quiero repetirme. Para mí estaba clarísimo que Sadeness Part 2 tendría el misterio y el simbolismo del primero, pero completamente diferente.
Si tenemos sexualidad e Iglesia, el símbolo musical de la Iglesia es el canto gragoriano, ¿qué elemento hay en la Iglesia junto a él? El órgano; ¿cuál es el tema más conocido del mundo en órgano? Tocata y Fuga de Bach, además de ser una de mis piezas favoritas de la música clásica, pero esta vez grabado y hecho por mí. Para mí, Sadeness Part 1 era la pregunta y Sadeness Part 2 venía como una respuesta y, si estaba como una provocación, lo ponemos como primer single.
-Si hablamos de ese viaje de crisis, autodescubrimiento y renacer de tu protagonista, ¿en qué momentos has podido sentirte así a lo largo de tu vida?
Estoy seguro de que tú también has podido sentirte así y, más o menos, cada uno de nosotros ha tenido situaciones parecidas. Cuando hice The Fall of a Rebel Angel, nunca pensé que sería un paralelo con mi vida. Después de dos o tres meses de haberlo terminado, lo escuché y me estremeció encontrar que era muy franco y el resultado subconsciente de cómo me estaba guiando en la vida. No sabes que lo haces pero es algo inconsciente impreso en ti.
-Ya en el estudio, ¿qué no puede faltar para ti al trabajar en Enigma o en cualquier otro proyecto?
Lo más importante es el silencio, porque eso me permite entrar en una atmósfera, sumergirme en ella y obtener rápidamente los sonidos que busco. La atmósfera en mi estudio es vital porque en ella puedo saber exactamente lo que quiero hacer. No sabría cómo definirlo totalmente en español (risas), a veces tienes que sentir lo que quieres hacer y no solo saberlo o pensarlo.
-¿Te consideras muy autocrítico al terminar una canción? ¿En qué momento llega el punto en que estás plenamente satisfecho con tema?
Soy muy autocrítico, antes de estar feliz con una canción toma mucho tiempo, pero no me quita el sueño esa situación. Hay gente que trabaja, trabaja y nunca termina ni concreta nada. Soy muy cuidadoso con la calidad del producto, pero puedo sentir que una canción está lista en dos días y otra puede tardar hasta cuatro meses.
Si tengo que hablar de este disco “The die is cast” y “Amen” son dos de los temas que más esfuerzo requirieron, pues tenía hasta cuatro o cinco versiones completamente diferentes hasta que dije “esto es lo que quiero lograr”, había muchas posibilidades y todas eran buenas, pero solo una podía hacerme feliz. Si me pides retroceder en el tiempo, recuerdo que en Enigma 1 estaba el intro “The voice of Enigma”, tomó tiempo, algo simple y teniendo en mente la voz, pero lograr la atmósfera que quería o volverla realidad es lo que realmente toma tiempo.
-¿Cómo evitar que la presión o el éxito de la fama nublen tu trabajo creativo? ¿Cómo mantenerte al margen de la presión comercial o de los números?
Para serte honesto, no pienso nunca en eso, si estás pensando en eso, te bloqueas a ti mismo. Yo hago la música para mí, si soy feliz con el resultado, va a mi disquera y comienza el proceso. Sé que es imposible hacer solo números uno todo el tiempo, eso no lo consigue nadie y es irreal, solo te crea una presión inútil. Lo más perfecto es ser fiel a mi visión, luego ya pienso en si el resultado gusta o no a la gente.
-¿Cómo ha cambiado tu trabajo o tu percepción con el boom de las plataformas digitales Spotify, iTunes, etc.?
Tú no puedes cambiar la vida y el tiempo, es una evolución técnica y de seguro que un día vamos solo a hablar con ordenadores sin tocar un teclado. Todo lo que ves en ciencia ficción se hace realidad veinte o treinta años después. No tengo nada que decir, está perfecto, en tú teléfono puedes llevar mil canciones cuando antes necesitabas metros y metros de discos en tu habitación.
-Setenta millones de discos vendidos y Enigma 8 en el número uno en Dance/Electrónica en la lista Billboard, TOP10 de ventas en 46 países y número uno en diez más. ¿Cómo definirías el secreto del éxito de Enigma?
Pienso que es realmente mi emoción y mi visión como la concibo en mi mente. Mucha gente siente lo mismo que yo y es la clave de nuestra conexión, es la única explicación que encuentro. La música es un idioma universal, todos lo entienden.
-¿Qué cualidades debe reunir una voz convocada a participar en un álbum de Enigma?
Depende de mi intención en ese momento, tengo listas con vocalistas con los que me gustaría trabajar. Anggun estaba en mi mente desde hace muchos años, para Enigma 8 necesitaba alguien que hablara perfectamente el Francés, ella viene de Indonesia pero radica en París, me gusta su voz y tiene fuerza. Para Amen tenía la idea de la canción, pero por mucho tiempo no tenía la voz, una vez en mi despacho estaba un playlist de Spotify y escuché una voz que me atrapó y dije “¿qué es esto? Esta es la voz que necesito para Amen”, se trataba de Aquilo.
-¿Cómo definirías la química con Anggun, Mark Josher y Aquilo?
Cada uno de ellos es una persona adorable a su propia manera. Mark es un loco positivo: vive, come y bebe música, su vida es la música. Anggun y yo somos amigos ahora, es una de las mejores cantantes que he oído en toda la historia. Aquilo tiene una voz mágica, fue un placer trabajar con cada uno de ellos en su momento.
A veces, cuando el artista viene a mi estudio, no vamos directamente a las canciones, primero definimos la amplitud de la voz, hacemos un repaso de lo que queremos lograr, luego se van. Después de dos o tres meses en que yo he preparado algo, regresan y comenzamos a grabar. En el caso de Aquilo, pensé que era mejor grabar en su propia ciudad, por eso fui a Londres a grabar los solo los vocales. Con Anggun grabamos en mi estudio, cada caso es individual y se guía por la intuición, pero lo más importantes es lograr el mejor resultado final.
-¿Qué artistas disfrutas o te cautivan actualmente?
En una ocasión me pidieron hacer como un playlist de Spotify, recuerdo que uno de mis hijos me mostró Umbrella de Rihanna y dije “me gusta esa canción, es muy fácil bailar con esto”. Si hablamos de pop actual, me gusta Taylor Swift. Si hablamos en general, Rag’n Bone Man con Human y mi gran favorito, The Weeknd. Snow Patrol también es uno de mis favoritos de todos los tiempos.
-¿Sientes que la crisis de identidad de tu personaje en E8 es algo muy presente en la actualidad?
Mi teoría e impresión es que nuestra vida es mucho más confortable que antes, hay tantas variedades y posibilidades que pierdes más y más la individualidad. Muchas personas están viviendo una vida en la que pierden más y más la línea de lo que como originalmente querían vivir, ya sea por las obligaciones cotidianas o por influencias de padres o amigos, te alejas del camino que querías vivir y terminas en un camino en el que no eres feliz. Se trata de no perder tus sueños para que, cuando estés viejo, no te reclames a ti mismo y te preguntes qué hiciste con tu vida. Si la gente llega a salir de eso y se da cuenta de que necesita un cambio de direción, no lo sé, pero tarde o temprano todos tenemos un dilema así.
-¿Cómo es tu conexión con las redes sociales (Facebook, Twitter) hoy por hoy?
Ninguna (risas). Yo no quiero que nadie sepa cómo me llamo y cómo es mi cara, qué hago o dónde vivo, pero las redes te facilitan este propósito. Si estoy tomándome un café, dónde estoy o selfies, para mí es innecesario. Las redes son solo una plataforma para estar en contacto con quien disfruta mi música, únicamente eso.
Mi música es importante, no cómo estoy vestido, mi barba o mi pelo, yo soy solo un representante de la música. Hay gente que es feliz llenando un estadio frente a 40 mil personas, yo soy feliz en mi estudio sin nadie alrededor.
-¿Por eso es tan difícil que hablemos de un Enigma Live o un concierto de Enigma?
Montar un show en vivo toma muchísimo tiempo, siempre he dicho que antes de trabajar dos años en un espectáculo en vivo prefiero hacer un nuevo disco. Pero con este disco, la historia y los cuadros comienzo a pensar por primera vez en la posibilidad. Solo empiezo a pensarlo, no prometo nada (risas).
-Vengo de Perú y fue significativo que incluyeras a Machu Picchu en el video de The Social Song. ¿Qué tan familiar te es la cultura de Perú?
Cuando me interesaba expresar la idea de esta estrella que recorría el mundo y de la posibilidad de vida en otros mundos, no podíamos dejar de mostrar uno de los puntos más mágicos que conocía en documentaciones: era Machu Picchu. Estuve en junio o mayo ahí, fue sensacional estar en Cusco, no hay palabras que describan lo que sientes al estar en la entrada de esta maravilla, la perfección, la armonía con la naturaleza. También piensas en los sacrificios y en cuántas vidas costó hacer eso, tuvimos un guía muy simpático que nos dio amplia información. La cultura, la religión, fue maravilloso y queda grabado en mi memoria hasta el día de mi muerte.
-¿Te atraen los sonidos de los instrumentos peruanos como la zampoña o el cajón?
Mira, el Shakuhachi que escuchas en Sadeness, en principio, no está tan alejado de los instrumentos de viento peruanos. No hay tanta diferencia en el sonido, uno viene de Japón y es una flauta grande de Bambú, pero son dos sonidos muy semejantes entre sí.
-¿Podemos hablar de Enigma 9 en el futuro?
Como siempre he dicho, después de cada álbum de Enigma hay un momento en el que tengo una buena idea para el siguiente viaje. Si surge esta visión para un Enigma 9, lo vamos a hacer, ahora estoy muy feliz conmigo mismo y E8. Sí, probablemente lo haremos, pero dame dos o tres años (risas).
-¿Algo que quieras decirnos antes de despedirnos?
Un saludo cariñoso a todos vosotros en Perú.