Diana Krall ha presentado en lo que ha calificado como “un lugar maravilloso para tocar”, su último trabajo, ‘Glad Rag Doll’, en el que explora nuevos sonidos y músicas sin dejar de lado su sello característico.

La canadiense, que había agotado las entradas, ha culminado sobre el escenario una demostración de sus dotes como cantante y pianista y esa entrega le ha supuesto la admiración de los espectadores, mostrada con numerosas ovaciones en momentos álgidos del espectáculo.

Diana Krall ha estado acompañada por su inseparable piano, pero también por una brillante banda formada por contrabajo, batería, guitarra, violín y teclado en la mayor parte del concierto.

Krall ha llegado a Cap Roig en un momento de madurez de su carrera, mostrado sobradamente sobre el escenario, pero también a lo largo de una amplia discografía que la ha encumbrado a lo más alto del panorama del jazz mundial.

En plena gira de conciertos, la canadiense ha repasado con ‘Glad Rag Doll’ una serie de melodías rescatadas del tiempo pasadas por esa pátina de sensualidad que sólo ella sabe darles.

La originaria de la Columbia Británica, vestida de negro riguroso, ha abierto el fuego con ‘We just couldn’t say goodbye’ y, a su conclusión, se ha deshecho de nuevo en elogios a los Jardines de Cap Roig, donde ha asegurado que es “un privilegio tocar”.

Diana Krall ha continuado con su recital de versiones y ha bromeado al explicar que sus hijos escuchan las canciones originales por la radio y le preguntan por qué esos artistas copian a su madre.

Con ‘Everything’s made for love’, Krall volvió a interactuar con el público, al que explicó que se trataba de una canción de boda y que estaba bien algo así en una época de tanto divorcio y noticias desagradables.

La canadiense se desató con ‘Temptation’ de Tom Waits, que sirvió también para el lucimiento de sus músicos antes de quedarse sola en el escenario con su piano.

Entregada al ambiente de Cap Roig, Diana Krall llegó a admitir peticiones del público y se lanzó con ‘Fly me to the moon’ para, poco después, dar de nuevo entrada a toda la banda que la acompaña.

‘Ophelia’ puso el broche a ochenta minutos de concierto, coronados por un bis en el que la artista se despidió del público al son de una canción de cuna, ‘Prairie lullaby’.

La de Diana Krall ha sido la primera actuación internacional de la presente edición del festival de Cap Roig, que arrancó este pasado viernes con el concierto del grupo catalán Manel y que hoy también ha lucido bandera a media asta en señal de duelo por el accidente de tren de Galicia.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha sido uno de los espectadores del concierto de la canadiense, al que también ha asistido el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, y el presidente de la Diputación de Girona, Joan Giraut entre otras personalidades.

Esta cita de referencia del panorama musical de verano se prolongará hasta el próximo 16 de agosto con un programa de máximo nivel que clausurará Enrique Iglesias.

Diana Krall, después de su actuación en Cap Roig, tiene cita este domingo en San Sebastián en el marco del Festival de Jazz que acoge la capital donostiarra. EFE