Solo hay una cosa más complicada que acertar los números de la lotería, y esa es predecir cómo será una actuación en directo de Andrés Calamaro. El artista argentino se había mostrado irregular durante los últimos tiempos, pero esta noche salió cara y brindó un espectáculo soberbio en la tercera jornada del festival Pirineos Sur.

El marco era inigualable y la temperatura fantástica, por no hablar de las 5.000 almas que llenaron hasta la bandera el auditorio del pequeño pueblo oscense. Solo faltaba que Calamaro y los suyos correspondieran con una actuación a la altura de las circunstancias, y nadie quedó defraudado.

“Buenas noches, campistas de Pirineos Sur”, saludó el vocalista a su multitudinaria parroquia, que pronto empezó a disfrutar de la velada con “Alta suciedad” y “Quién asó la manteca”, seguidas ambas por las vicisitudes de “El salmón”.

Herencia de su idolatrado Bob Dylan , Calamaro volvió a jugar con el ritmo y el tono de sus canciones, reinventándolas a cada paso en una muestra más de su infinita capacidad creativa, modificando himnos como “Estadio Azteca” o “Te quiero igual” para convertirlas en versiones de las originales.

“Disculpen que les pregunte, ¿sabe alguien cómo va el Argentina-Uruguay?. Lo cierto es que me estoy sacando el pasaporte uruguayo, pero tengo el mío en regla para entrar cuando quiera en la habitación de ‘Plaza Francia’”, señaló el cantante en un guiño. Lo que al final debió asimilar fue la derrota de su selección frente a Uruguay que se impuso a la de Argentina,por 5 a 4,n que definieron en penales.

Tras un primer álbum que le abrió las puertas del éxito, Depedro se encuentra inmerso en la gira de su segundo trabajo discográfico, “Nubes de papel”, del que hoy extrajo piezas tan destacables como “What goes on”, “Chilla que tiemble” o “Mientras espero”.