Durante más de doce horas ininterrumpidas, la música no paró de sonar en alguno de los cuatro escenarios instalados en el Autódromo Hermanos Rodríguez, en la capital mexicana, sede de este festival que en su cuarta edición se consolida como una de las citas imprescindibles en el panorama musical del país.

El joven británico Jake Bugg tuvo la difícil tarea de atraer hacia el escenario “Capital” a los primeros asistentes. Su propuesta, que cabalga entre el folk de Bob Dylan y el pop de raíces británicas, sirvió para constatar que lo suyo no es un éxito pasajero.

En cuarenta minutos, Bugg protagonizó un show efectivo y carente de excesos en el que destacaron canciones como “Two Fingers” o “Seen It All”.

Tras el éxito mundial del hit “Safe & Sound”, Capital Cities aprovecharon su cita en el festival mexicano para presentar su primer disco, que lleva por título “In A Tidal Wave Of Mystery”. caldear el ambiente.

La banda de Los Ángeles protagonizó uno de los shows más vitoreados de las primeras horas gracias a sus dosis de buen humor, sus coreografías perfectamente coordinadas y su look propio de la película “Grease”.

Con una versión de Stayin?alive de The Bee Gees y su hit “Safe & Sound” pusieron punto y final a su concierto.

Miles Kane llegó al festival para presentar, como su compañero de The Last Shadow Puppets y amigo Alex Turner, su nuevo trabajo.

Kane selló un buen directo con ecos a The Kinks, The Faces o Paul Weller, quien además colaboró en su segundo disco.

No muy lejos, Stereophonics desgranaron las canciones contenidas en su octavo trabajo “Graffiti On The Train”, del que sonaron temas como “Violins and Tambourines”.

Kelly Jones y los suyos no olvidaron clásicos de la formación como “Maybe Tomorrow”, con el que consiguieron los vítores del público mexicano.

Por su parte, The Breeders cerraron uno de los conciertos más esperados de la segunda jornada del festival.

Kim Deal, que repetía en el evento tras su paso en 2010 con su antigua formación Pixies, desempolvó el clásico “Last Splash”, con el que consiguieron hacerse un hueco en la década de los noventa con canciones como “Cannonball”, convertida en himno generacional.

Un concierto cubierto de cierta aroma de nostalgia con el que Deal, Kelley Deal, Josephine Wiggs y Jim MacPherson se encargaron de recordar que hay discos por los que el tiempo no pasa.

Arctic Monkeys, capitaneados por el incombustible Alex Turner, ofrecieron uno de los conciertos más esperados del festival.

Si bien los británicos utilizaron la cita en México para presentar su quinto disco, “AM”, la banda no se olvidó de contentar a los fans de los tiempos de “Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not” con temas como “I Bet You Look Good On The Dance Floor” o “Dancing Shoes”, entre otros.

Queens of the Stone Age fueron los encargados de cerrar, junto a Giorgio Moroder que recientemente colaboró con Daft Punk, la segunda y última jornada de la cuarta edición del festival. EFE