“Los nervios son una de las cosas que uno debe controlar primero. Enfrentarte a un público no es fácil y nunca dejas de ponerte nervioso antes de subir a un escenario”, confesó el artista poco antes de comenzar precisamente su concierto en esta ciudad del sur de Florida.

Según explicó, “lo importante es tener un buen equipo de gente alrededor y confiar en que los demás no te van a fallar” para, así, poder estar seguro de ofrecer un buen recital.

El cantante se prestó a abrir las puertas del ensayo final y atender una sesión de preguntas y respuestas a estudiantes de música de las principales universidades del sur de Florida, justo antes de ofrecer un concierto en el American Airlines Arena de Miami.

A sus 44 años, animó a estos jóvenes a luchar por su sueño para conseguir hacerse un hueco en el complicado mundo de la música.

El intérprete de “Corazón Partío” o “Y, ¿Si fuera ella?” relató que se inicio en el mundo de la música casi por casualidad: “Mi madre nos llevó a mi hermano y a mí a una academia de kárate, pero como estaba cerrada nos apuntó a una de guitarra, que estaba justo al lado”, bromeó el artista afincado en Miami.

Sanz reconoció que para él, la música es muy importante en tanto que “es algo que uno lleva dentro, es una pasión”.

Por ello, lamentó que, hoy en día, los cantantes “tengan representante antes de tener trabajo” y recordó que él empezó a “tener un manager cuando ya había vendido bastantes discos en España”.

“Empecé a tener la necesidad de tener una persona que me llevara los asuntos y los conciertos”, señaló en ese sentido.

Para él, la música “es la única herramienta” que ha tenido “para salir adelante” en su exitosa carrera musical, en la que ha conseguido quince Grammy Latino y tres Grammy, además de vender más de 25 millones de discos en todo el mundo.

“Componer una canción es como hacer un potaje”, dijo el madrileño entre risas cuando se le preguntó por su fuente de inspiración a la hora de componer canciones.

Al respecto apuntó para continuar con el símil que “has de tener muchos ingredientes, no vale con tener carne y patatas” y concluyó que “todo lo que te provoque una emoción y una reacción es válido para escribir una canción”.

“Normalmente yo improviso con la guitarra o con el piano, construyo una estructura y al final le pongo una letra. Siento cierto placer en ir encajando palabras donde casi ni caben, y eso es lo que me motiva para seguir haciendo canciones”, relató el cantante sobre su método para escribir un tema.

Al ser preguntado por las anécdotas que ocurren en los conciertos y, sobre todo, por todo lo que pasa entre bambalinas, el madrileño evitó desvelar los entresijos del espectáculo asegurando que “hay una máxima que se ha de cumplir: que lo que pasa en la gira, se queda en la gira”.

Sobre la situación que vive la industria musical en la actualidad, el artista opinó que “la música todavía no se ha acomodado a los tiempos que corren y a la velocidad a la que cambia todo”.

A su juicio, esta industria necesita “gente capaz con las nuevas tecnologías y analizar las formas de consumo de la gente” para superar los retos que presenta la música. EFE