El escenario que se alzó en la explanada del Parque de la Exposición se convirtió en un templo del rock. Miles de brazos y rostros pintados con los símbolos característicos de 30 Seconds to Mars clamaban por los ídolos juveniles que durante años esperaron ver en el Perú.

Las banderolas marcadas con el sello de culto de la banda flameaban y anunciaban el ingreso de una de las más esperadas agrupaciones de rock en Lima. Las ansias de ver a 30 Seconds to Mars envolvían a todos, y una emocionada audiencia comenzó a vocear por todo lo alto el nombre del líder, Jared Leto. Pero no todo fue alegría para un fanático, quien minutos antes de iniciarse el show se desvaneció ante la aterrada mirada de sus amigos y del resto del público. Una vez olvidado el incidente, la euforia volvió a surgir y anhelaba aún más a los integrantes de la banda.

La iluminación estalló y cegó a todo el público, quienes lejos de incomodarse se llenaron de euforia porque era el claro anuncio del inicio del show. Las luces, que daban partida a un viaje lleno de amor, lujuria, esperanza y sueños, iluminaron uno a uno a los integrantes de 30 Seconds to Mars.

LA LLEGADA DE UN DIOS

Una larga túnica blanca que cubría su cuerpo, gafas obscuras y una corona dorada que lo proclamó el rey de la noche. Así apareció Jared Leto ante la emocionada mirada de los cientos de fieles seguidores que llegaron hasta el Parque de la Exposición para estar frente a él. Y uno a uno fueron apareciendo los integrantes de la banda, Shannon Leto y Tomo Milicevic, quienes también provocaron y emocionaron al respetable cuando tocaron las primeras notas de “Up in the Air”, una de las canciones símbolos de la nueva producción discográfica de 30 Seconds to Mars y la que dio inició al espectacular concierto.

Como si la batería, la guitarra, el bajo y los gritos de una multitud extasiada no fueran suficientes, Jared Leto extendió los brazos pidiendo por más. “Make some noise”, dijo el vocalista, provocando a la fanaticada una euforia descontrolada que hizo saltar y temblar bajo sus pies al Parque de la Exposición al ritmo de “Search and Destroy”.

“WE’RE GOING TO BREAK THIS FUCKING PLACE” (Vamos a romper este maldito lugar)

Mientras la luna se asomaba tímidamente como si quisiera ser testigo de un evento monumental, el intro de “This is War” despertó las emociones que algunos en el público aún guardaban. “Fight, fight, fight”, repetía Jared Leto una y otra vez mientras la tierra temblaba por la emoción y los incansables saltos del público.

Durante la canción que se convirtió en un himno de la guerra, y como si de una ironía se tratara, casi 50 enormes globos de colores despegaron y cayeron sobre la audiencia para jugar, divertirse y convertir el concierto de rock en una fiesta para celebrar la vida y los sueños cumplidos.

Fue entonces cuando “Conquistador” inició nuevamente la histeria total de los fieles seguidores de la banda. “Hola, are you having fun?”, preguntó Jared en medio de la canción. Y la respuesta fue el grito de emoción de miles que se convirtió en una sola voz.

JARED Y EL PÚBLICO

“Estamos muy felices por estar aquí para el show de 30 Seconds to Mars”, “¿Alguien conoce la canción Kings and Queens?”, preguntó el vocalista a una muy emocionada audiencia, quienes al igual que el videoclip de la canción, cantaron y corearon en armonía el estribillo que el vocalista repetía junto a su público.

Durante “Kings and Queens”, canción con la que miles de seguidores se identifican, Jared Leto se olvidó de su posición de estrella y bajó al nivel del público, quienes nunca imaginaron tener tan cerca a su ídolo. En un semicírculo formado por los fanáticos, el cual recordaba a los discípulos escuchando la parábola de un Jesucristo rockero, la música no paró de sonar y se hacía cada vez más fuerte e intensa por la proximidad del vocalista al respetable.

“HOLA, PERÚ”

Haciendo su mejor esfuerzo para que las más de 5 mil personas puedan entenderlo, el cantante y actor saludó en español a todos los que se reunieron para el esperado primer concierto de 30 Seconds to Mars. El vocalista despertó la euforia nuevamente al sacar la bandera del Perú, la cual ondeó y paseó a lo largo y ancho del escenario.

Con el tema “Do or Die”, canción símbolo de fuerza, lucha y sueños, Jared y la bandera peruana bailaron al ritmo del rock como si fueran uno. El estandarte parecía formar parte de él, mientras corría, saltaba y cantaba junto a sus emocionados seguidores.

“City of Angels”, el himno que creó para la ciudad de Los Ángeles también se convirtió, por esa noche, en la de los miles de asistentes al concierto quienes, a pedido del líder de la banda, sacaron sus celulares, prendieron sus pantallas y se transportaron a un mundo paralelo donde sólo eran ellos y 30 Seconds to Mars.

DEL ROCK AL SENTIMIENTO MÁS PERSONAL

“Quiero dedicarle esta canción a todas las personas que han pensado en nosotros durante todos estos años”, dijo Jared Leto antes de iniciar con “The end of all days”. Una melodía que provocó emoción y lágrimas por una letra tan personal y llena de dolor sincero que contagió a la multitud.

“Solo quiero decir, gracias por hacer nuestros sueños realidad. Desperté en mi habitación de hotel, abrí la ventana y vi el Océano Pacífico frente a mí y me sentí en casa, ya sabes a lo que me refiero”, fueron las palabras que dieron inició a la sesión acústica con la que el vocalista recordó los inicios de la banda, tocando la muy comercial “From Yesterday” y la inolvidable “The Kill”.

“¿Y SI VENIMOS EL OTRO AÑO?”

“¿Estará bien si venimos el otro año para otro show?”, pregunto Jared Leto con una inocencia ridícula, ya que las más de 3 mil almas no dudaron en responder a voz en cuello un gran y extenso “Sí”. El grito abrió “Bright Lights”, canción que anunciaba el final de una muy esperada noche llena de emoción, sentimientos, sueños y rock del bueno.

Pero 30 Seconds to Mars no pensaba abandonar el escenario sin cumplir más sueños, por lo que el líder de la banda escogió a más de 30 fanáticos para que lo acompañaran en la parte final de la celebración musical. Los fieles seguidores llenaron el escenario para cantar, saltar y bailar junto a la banda los últimos minutos del viaje que, además de llevar al Parque de la Exposición a soñar, creer y vivir, terminó en una inmensa nube de confeti blanco en el que desaparecieron, hasta otra oportunidad, los tres integrantes de una de las agrupaciones más esperadas por toda una generación.

Adrián Siverio Rodríguez (@siveriorodri)