Para este ritual de protección, se requiere los siguientes objetos:

- Sal fina

- Sal gorda marina

- Carbón

- Incensario o recipiente en el que se pueda quemar incienso litúrgico.

¿Qué hacer?

Verter tres pizcas de sal fina en cada uno de los ángulos de cada habitación de la casa. Colocar el carbón en el incensario o en el recipiente que hayamos escogido. Encender el carbón. Verter la sal marina gorda sobre el carbón ya encendido. Echar una cucharadita de incienso litúrgico sobre el carbón.

Con los pies descalzos, recorrer la casa portando el incensario, de forma que el humo llegue a todas las habitaciones, recitando en cada una de ellas la oración. Echar una pizca de sal fina en el dintel de cada puerta de la casa. Al terminar la ceremonia, la casa quedará purificada y protegida. Este rito puede ser repetido una vez al mes para mantenerla libre de influencias negativas.

Fuente: Consultorio Esotérico.