Leo es egocéntrico, valiente, audaz, vital, el León deslumbra con sus brillos y fastos. Sin embargo, toda su magnificencia puede ser desmontada por las artes del amor y/o de la pasión. El placer y el hedonismo, en una relación o fuera de ella, pueden hacer que Leo pierda la cabeza y ver rendirse a un Rey o a una Reina, es siempre una experiencia interesante.

A Leo le encanta dominar la situación y lo consigue sin esforzarse demasiado, pues su personalidad impone. Leo es extrovertido, y su gran pasión por la vida le impide tener una vida monótona, el León independientemente de la edad que tenga gusta de las emociones fuertes y de la novedad en todos los aspectos de su vida.

Fanfarrón por excelencia, Leo sabe de todo, tiene opinión formada de todo y cuando la emite, lo hace autoritariamente. Este signo también es terco, cuando quiere algo lucha para obtenerlo, lo cual podría resultarle perjudicial, pues aunque se dé cuenta de que su objetivo es equivocado, sigue hasta las últimas consecuencias. El Rey del zodíaco no sabe claudicar.

Planeta

El sol rige a Leo . Así como los planetas rotan alrededor del Astro Rey, así mismo pretende Leo que todo gire en torno suyo. Y es que El Sol astrológicamente también es el núcleo de la personalidad.

El Sol representa el ‘YO’ consciente, la fuerza vital, la energía radiante, el conocimiento de sí mismo, es el punto más completo de la evolución personal. El Sol en sentido positivo también representa la madurez pues confiere confianza en sí mismo, sabiduría y orgullo.

El Sol también confiere creatividad, generosidad, lealtad, calor humano; cuando se encuentra en buena posición en la carta natal, sugiere entusiasmo y desarrolla la ambición, la independencia, el espíritu de dominio, la autoridad personal y suscita la admiración y confianza de los demás.

Fuente: Arcanos.