Si estamos en una reunión y de pronto ingresa una persona, todos volteamos a verla, porque nos irradia simpatía, bondad, frescura y todos podemos percatarnos de este sentimiento. Eso el aura.

De la misma forma podemos sentir del lado inverso, cuando nadie se percató de que entro alguien, es como si no existiese, o quizás nos transmitió una sensación negativa en nuestro cuerpo, en forma de cólera, ira o algún malestar en el cuerpo.

El Dr. Lonard Ravitz, de la Universidad William and Mary, demostró que el campo energético humano fluctúa, según la estabilidad mental y psicológica de la persona, sugirió que hay un campo asociado a los procesos mentales y que la variación de este campo del pensamiento causaba síntomas psicosomáticos.

Según la Dra. Barbara Ann Brennan nuestro campo energético requiere tantos cuidados como nuestro cuerpo físico, como se sabe la energía oscura y estancada se acumula en el campo aural, y ya no funciona correctamente, esto ocurre cuando uno se aferra a sentimientos negativos, cuando ha estado sometido a un fuerte estrés, cuando está agotado y sin fuerzas, y a veces cuando ha estado expuesto a las intensas energías negativas de otras personas.

Unas masas oscuras parecidas a nubarrones densos se acumulan en los niveles o capas del aura, y usted podrá sentirlo de diversas maneras, como dolores musculares en las zonas donde se ha concentrado la energía estancada, quizás se sienta torpe, cansado, irritable o mareado.

Tal vez se sienta como si hubiera contraído un resfriado o la gripe, todas estas cosas son señales de que debe limpiar su campo energético lo más antes posible.

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