Radical Entertainment tenía todo en su contra pero Prototype 2 ha resultado ser un videojuego muy superior a la primera parte. Muy buenos gráficos, misiones divertidas y la misma sensación de frenetismo pero de una forma mucho más agradable y organizada.

Cuando el primer Prototype llegó a las tiendas rodeado de enormes expectativas. se puso a la venta en el 2009 casi al mismo tiempo que inFamous, su otro importante contendiente. El ganador fue claro, el videojuego de Sucker Punch exclusivo de PlayStation 3, pero en muchos círculos agradó de sobremanera el planteamiento del título de Activision desarrollado por Radical Entertainment.

Con una larguísima cinemática en su inicio, nos presenta a James Heller: su nuevo personaje principal. ¿Qué ha pasado con Alex Mercer? Bueno el antaño héroe se ha convertido ahora en el villano de la aventura.

Si no jugamos al primer videojuego de la saga, sus creadores han tenido la deferencia de permitirnos ver un pequeño clip de apenas un par de minutos en el que se nos explican los sucesos de su predecesor para darle contexto al programa. No es estrictamente necesario puesto que su importancia es relativa con respecto a la secuela, pero es un gesto que se agradece y que nos ayuda a engordar un poco más todo el trasfondo de lo que se nos cuenta.

Desde luego la historia del Prototype original no era su punto fuerte, puesto que los propios Radical Entertainment reconocieron que faltaba trabajo en este aspecto y que su protagonista adolecía del más mínimo carisma, y en esta segunda parte se ha llevado a cabo un esfuerzo en este sentido para su mejoría. James Heller tiene más fuerza como héroe no sólo porque pierde a su familia antes incluso de que comience el videojuego y esto provoca en él un impulso narrativo muy básico: la venganza, sino también porque tiene bastante más carácter que el plano y bidimensional Mercer de 2009.

Toda esta historia para combatir contra la Blackwatch y para dar con los instigadores de este peligroso virus que arrasa Nueva York tiene una duración muy respetable, y que, eso sí, resulta poco menos que imposible de cuantificar en horas puesto que en función del perfil de usuario que seamos podemos hablar de un juego de tamaños radicalmente distintos. Si, por ejemplo, no tenemos intención de profundizar en tareas secundarias el título rondará algo menos de 20 horas, mientras que si buscamos desbloqueables y tomamos parte de todas las misiones accesorias éstas se dilatarán notablemente.

Así pues en la secuela la esencia se mantiene y volvemos a encarnar a un personaje conpoderes mutantes que debe utilizar un amplio abanico de habilidades para cumplir misiones en un mundo muy abierto. La ciudad de Nueva York vuelve en esta ocasión a ser el telón de fondo de la aventura, y lo hace dividida en tres partes bien diferenciadas que se van desbloqueando conforme avanza la aventura. Para progresar en el modo historia debemos cumplir las misiones principales que aparecen señalizadas en el mapa en azul, y que se limitan casi siempre a acabar con todos los enemigos de un área o a consumir a algún objetivo determinado para absorber sus memorias y arrojar algo de luz sobre el argumento del programa.

Ese es el mayor problema del videojuego, que pese a que ofrece en la mayor parte de los casos un importante abanico de opciones a la hora de resolver cada encargo, limita la experiencia mucho con unas metas que son casi siempre iguales. A corto plazo va a resultar increíblemente llamativo arrasar con todo y con todos con nuestro personaje que, sabiamente, tiene todos sus movimientos y actos diseñados para transmitirle al jugador unasensación de poder máximo. No obstante la repetitividad puede ser un problema al cabo de unas horas. Es fácil sentirse poderoso a los mandos de Prototype, y es que nuestra capacidad para movernos por el escenario a toda velocidad o para arrasar a nuestros enemigos humanos como soldaditos de juguete resulta formidable, pero echamos en falta algo más de variedad en lo que se nos propone hacer para haber tenido un producto más redondo.

Para lograr estos rasgos de brutalidad y casquería, Radical Entertainment ha apostado por un conjunto de poderes muy similar al de la primera parte, aunque con algunas matizaciones. Lo bueno es que cada uno de ellos aporta sensaciones jugables muy distintas, y ahí precisamente se apoya la capacidad de decisión del usuario. Por ejemplo, uno de los poderes que más utilizaremos será el de la capacidad de mimetizar el aspectode cualquier personaje con el que entremos en contacto tras absorberlo. Así, de este modo podemos, por ejemplo, colarnos en una instalación enemiga sin ser detectados tras haber adoptado la forma de un soldado o, por el contrario, huir de una “zona caliente” haciéndonos pasar por un civil. A menudo el propio videojuego nos obligará a tomar una determinada forma para superar tal o cuál misión, pero en muchas ocasiones quedará a nuestra entera elección el colarnos en una base enemiga utilizando el sigilo o “haciendo ruido”.

Si por algo destaca Prototype 2 es por ser tan divertido en los combates como su predecesor, pero también más ordenado y con un control mucho más pulido que nos permite ser más precisos en nuestras acciones tanto de ataque como de movimiento. Y es que el desplazamiento es fundamental en el videojuego que nos ocupa, y también otra de las partes más divertidas de este producto.

Nueva York está a nuestros pies en la secuela, y se aprovecha en mucha mayor medida gracias a un diseño del escenario muy alejado de las recicladas secciones que veíamos una y otra vez en su predecesor. La ciudad tiene mucho más carisma en esta ocasión, y sus responsables conscientes de ello la han salpicado de muchas más cosas que hacer. Hay ahora muchos coleccionables (cajas negras, operativos de campo y guaridas), las misiones secundarias tienen todavía más fuerza a la hora de entender la historia y la navegación en general ha ganado varios puntos.

Pasearse por la ciudad ya era un placer en el Prototype original, pero en la segunda parte todo está mucho más trabajado para que el correr por las paredes, saltar de azotea en azotea o planear por la Gran Manzana sea, aparte de espectacular, también útil en el sentido de ofrecer recompensas.

Aparte de lo divertido que es patear la urbe buscando desbloqueables o llevando a cabo nuevas misiones, todo ello genera en nuestro personaje golosos alicientes conjuntamente con el cumplimiento de las misiones principales. Nuestro protagonista va a obtener puntos de experiencia por la mayoría de cosas que haga, algo que nos permitirá ir mejorando al héroe en las facetas que deseemos y, a ser posible, en las que más se adecúen a nuestra forma de jugar. Todo se divide en Poderes, Capacidades, Habilidades, Mutaciones y Evolución, y cada una de ellas cuenta con varias divisiones en su interior para personalizar todavía más a Heller.

Entre los poderes tenemos las ya mencionadas cuchillas y tentáculos, pero también los puños descomunales, el látigo, la bomba biológica, las capacidades devastadoras… También podemos mejorar nuestras capacidades con los diferentes tipos de armas, aumentando de este modo nuestra efectividad con ellas. Por su parte las Mutaciones se van desbloqueando progresivamente y nos ofrecen un amplio abanico de formas de destrucción. La evolución, por otro lado, se divide en mejoras de movimiento, de aumento de salud, de capacidad de regeneración, de recuperación de “sospecha”, de masa y de capacidad finalizadora. Hay también diferentes modos de visión como la de los infectados, la que permite ver a través de humo y otros obstáculos o la que con sólo apretar un stick del pad nos facilita el localizar a nuestros objetivos con una suerte de sonar gigantesco y más espectacular que práctico.

A nivel visual Prototype 2 es un videojuego francamente poderoso, que llama la atención de forma especial si tenemos en cuenta el importante salto que se ha llevado a cabo de la primera a la segunda parte. Todavía hay algunos aspectos que chirrían en el juego, como alguna animación que deja un poco que desear y alguna otra matización de pequeña importancia, sin embargo el conjunto es en general francamente potente.

La ciudad es, probablemente, el lugar donde más se observa el salto artístico que sus responsables prometieron. La Nueva York de Prototype 2 no es, como ya hemos adelantado, un lugar tan repetitivo y aburrido como el de la primera entrega, y cada barrio tiene su propia personalidad, con tipos de edificios muy bien diferenciados y con un diseño y una arquitectura general mucho más inteligentes. Todo, además, está bañado de unailuminación mucho más efectiva que logra un ciclo día/noche de mayor belleza visual y unas estampas desde las azoteas a menudo muy espectaculares.

Los personajes también gozan de un acabado muy superior al visto en el juego de 2009. Los humanos nos han gustado especialmente, con un muy buen trabajo a sus espaldas hasta para los civiles con los que nos cruzaremos a menudo por las calles, con número de modelos muy respetable y que, aunque todos tienen las mismas animaciones, resultan bastante variados en su aspecto exterior. Los mutantes, por el contrario, nos han parecido menos imaginativos y bastante previsibles, y consolidan la parte que menos nos ha gustado del conjunto de diseños.

En lo tocante al apartado tecnológico el juego es también muy resultón, con especial y meritoria mención hacia todo lo que se ve en pantalla y la robustez con la que lo mueve el motor gráfico. Quizá hablar de que lo hace con soltura resultaría algo exagerado, puesto que usa trucos como la niebla (maquillada) y no es un frame-rate altísimo, no obstante sí que podemos hablar de un rendimiento sólido que no observa apenas bajones en la tasa de imágenes por segundo, y que presenta unos efectos bastante llamativos para explosiones, fuego y humo. Hay algunos problemas con determinadas animaciones como ya hemos expresado, y hay algunos bugs, pero nada que no resulte comprensible dentro de un planteamiento sandbox que por su prisma y tamaño nos acostumbra a ver pequeñas incidencias de este tipo.

En cuanto al audio, el videojuego hace los deberes con sobresaliente efectividad. El lanzamiento de hecho llega a nuestro país con un muy buen doblaje a nuestro idioma, una decisión especialmente a agradecer puesto que no es costumbre ver sandbox plenamente localizados al castellano. Por otra parte la banda sonora cumple con solvencia, aunque quizá no tiene tantas partituras como esperábamos, y los efectos sonoros son los que esperábamos en un videojuego de tan altos valores de producción como éste.