Tras la final de uno de los realities más sintonizados del 2012, la modelo Sully Sáenz quedó eliminada y ahora sale al frente para hablar del rol protagónico que jugó, en una edición que se centró en su romance fallido con su compañero de juego Yaco Eskenazi , quien fue señalado como el villano de la historia por su recordada salida con su expareja.

¿Fue difícil conducirse en un formato como ‘Esto es guerra’ ?

Tuve cambios bruscos en mi estilo de vida. La exposición no pensé vivirla ¡y ya está! Uno no es adivino para saber qué me pasaría al entrar a este programa. Ya di vuelta a la página y este 2013 será distinto.

Los excesos te dejaron mal parada. ¿No te arrepientes?

No. Tengo la filosofía de que no hay que arrepentirse nunca. Así sea lo peor que te ha pasado uno aprende, cada caída te hace más fuerte, me considero una luchadora, so solo por lo que pasó en este programa sino que, a nivel de mi vida personal, me siento emprendedora, he sabido levantarme, he crecido mucho.

El extremo fue llorar ante cámaras.

¡Olvídate! ¿Quién no ha pasado por un rompimiento o una desilusión? No es el fin del mundo, uno no puede ahogarse en un vaso con agua. La vida está llena de cosas increíbles. No siento que esto vaya a derrumbarme.

Pero la diferencia es que mostraste esa “crisis” sentimental a todo el Perú en vivo y en directo.

Eso es algo que definitivamente no me hubiera gustado pasar. Pero estás en un programa en vivo, y aunque quieras evitarlo, a veces se te escapa de las manos. Eres un ser humano y te dejas llevar. Hay mucha gente que como televidente no logra entenderlo. Ese trabajo lo verán como diversión, pero es difícil.

¿No pensaste en abandonar el programa?

No , porque soy de las personas que saben lo que quieren, y cuando tengo que darme mi lugar y tener carácter fuerte, sé defenderme.

¿Crees que influyó mucho la producción en crear este clima?

No, las cosas se fueron dando. Estás conviviendo, toda mi vida era ‘Esto es guerra’ y mis estudios de arquitectura, regresaba a mi casa a las once de la noche. He estado saturada, tal vez por eso pasó todo.

¿Crees que esto ha aportado a tu carrera? ¿Se te prejuzga?

A mí nadie me regaló nada, yo me casé por bienes separados (con Renzo Costa ) y nunca dejé de trabajar. Siempre quería lograr mis propios méritos; por ejemplo, mi primer carro me lo compré a los 19 años trabajando como anfitriona. A mí todo me ha costado porque no vengo de cuna de oro. Este es un peldaño más, quisiera dividirme en tres para hacer mil cosas. Mi pasión es la actuación, he llevado un taller con Bruno Odar.

¿Cómo es tu relación con Renzo Costa ?

Buena. Que nos hayamos divorciado no quiere decir que le ponga la cruz, hemos sido personas buenas y la base de toda relación es la amistad. Yo tengo las cosas clarísimas desde que terminamos y así fue, nunca hubo un intento de volver. Él es una persona muy inteligente y madura, le cuento mis cosas, incluso si llego a conocer a alguien, he llegado a presentarle a amigos.

¿También le presentaste a Yaco Eskenazi ?

(Sonríe). Le hablaba de él. No tenía nada que ocultar. A mí me costó un montón (iniciar su relación con Yaco) porque estos tres años estuve separada no quería ni pensar en tener pareja, creía que me iba a quitar tiempo. Pero llegó el momento en que aparecieron esas barreras que tenía puestas y mira lo que pasó (ríe).

Yaco te debe más de una disculpa, ¿no te parece?

No soy de las personas que guardan rencor. En mi vida hubo gente que me ha hecho mucho daño, pero lo más inteligente es voltear ese daño y verlo por el lado de paz, la tranquilidad no tiene precio. No funcionamos como pareja, pero como se dice: “Me quité el clavo” (ríe).

O sea que estás curada de los “entredichos”, por lo menos en vivo.

No, no, ¡ya no! Este 2013 habrá una Sully nueva, tengo muchas ganas de que estenuevo año sea diferente, voy a vivir al máximo.

Lo dices como si hubieras aprendido una lección.

Ya ves, siempre hay algo bueno. Tal vez esta experiencia me ayudó en abrir las puertas al amor, no se sabe con quién, pero lo más importante es que esa barrera ya no está y que Diosito me tiene destinado a alguien, a un hombre bueno. Y no lo busco, espero tranquila.

Entonces descartas todo rumot de “romance armado”.

¿Armado? No, pues, nunca me hubiera puesto así. Es más, no hubiese querido pasar por todo eso (ríe).

(La República)