El Principito, esa “pequeña joya” literaria del siglo XX repleta de “valores humanistas”, en palabras de Olivier D’Agay, director de la gestión del legado del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, se reinventa en una serie de dibujos animados que se estrena en España y América Latina.

Tres años y 450 animadores han hecho falta para plasmar el sueño de los herederos de Saint-Exupéry de “llevar a los niños del siglo XXI” el mensaje universal de “tolerancia, paz, ecología y amistad” de “El Principito”, afirma D’Agay en una entrevista con Efe.

Es “un libro mágico”, “el más traducido en el mundo”, exactamente “a 257 lenguas hasta hoy” y cuyo éxito “no se puede explicar”, según el sobrino nieto del celebre aviador, quien considera que todo el mundo debería tenerlo “en su mesilla de noche” o bien releerlo cada diez años, ya que su mensaje nunca se agota.

Pero la serie “no es una adaptación” de ese icono de la literatura infantil, precisa el director de la Sucesión Antoine de Saint-Exupéry , que gestiona todos los derechos de la obra del autor de “Vuelo de noche” (Premio Femina) o “Tierra de hombres” (Gran premio de novela de la Academia Francesa).

La serie, que se sirve de la alta definición y del formato 3D, se proyecta como una secuela y transcurre en veinticuatro planetas que recorre el Principito, junto a su inseparable amigo el Zorro, en su camino de regreso desde la Tierra a su pequeño asteroide B612, donde le espera la Rosa, protegida bajo una campaña de cristal.