Beto Ortiz publicó este sábado el paradójico texto “Mi reino por un caballo” en su columna de ‘Perú 21’, relatando sus duros momentos para recuperarse del grave accidente que sufrió cabalgando en Mamacona.

“Doce semanas. Ese es el tiempo que me tomará recuperarme del accidente ecuestre que sufrí el ultimo jueves. Ochenticuatro días de trabajosa rehabilitación. No bromeo. Tampoco melodramatizo. Eso es lo que me han dicho los médicos que me tratan. (…) Hay circunstancias tan ridículamente infortunadas que lo único que te queda es tratar de reírte duro aunque te duela”, escribió Ortiz.

ATENCIÓN MÉDICA

“Escribo esto, decía, postrado boca arriba con la laptop boca abajo, atada con bandas elásticas a un atril que flota suspendido sobre mi cama. Es la primera vez que lo hago en semejante posición, y créanme que no es nada fácil pero jamás tan complicado como cepillarse los dientes estando tendido (y escupir la espuma de costadito para absorber otro poco de agua… con cañita). (…) Las amorosas enfermeras de esta clínica me dan baños de esponja entre varias sin necesidad de que me baje de la cama, como si yo fuera el elefante consentido del circo, y me cambian las sábanas a diario y tienden la cama (conmigo y todo)”, relató Ortiz.

PRESAGIO

Asimismo, si bien el conductor no teme a los animales, no pudo evitar sentir un extraño presentimiento al subirse al caballo sobre el que se accidentó. “Es raro, no sé por qué, pero, al enterarme de que cabalgaríamos, tuve un raro estremecimiento. “Me voy a sacar la mierda” pensé por un segundo, pero luego me dejé contagiar por el entusiasmo de los demás y terminé montado en un espléndido ejemplar. (…) A lo único que atiné fue a prenderme del caballo con toda la fuerza de mis piernas y a aferrarme a su cuello para evitar salir disparado por los aires y terminar desnucado. Pero el caballo –cuyo nombre también mantendré en reserva– continuó corcoveando cada vez con más y más fuerza hasta lograr hacerme caer de espaldas contra el piso”, recordó el presentador.

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