Oliwia Dabrowska es hoy una mujer de 23 años que hubiese deseado seguir el consejo que le dio Steven Spielberg al acabar el rodaje. Era uno muy simple: “no veas la película hasta que cumplas los 18 años”.

Pero la joven polaca no pudo con su curiosidad. En una entrevista con el periódico británico The Times, afirma que ignoró la petición del director y vio el filme sobre el Holocausto a la tierna edad de 11 años, quedando “horrorizada” y “traumatizada” durante mucho tiempo.

“Fue realmente horrible”, confiesa Oliwia veinte años después de haber participado en la película. “No podía comprender lo suficiente, pero estaba segura que no quería volver a verla en mi vida”.

Dabrowska, que tan solo participó en una película más en su corta carrera como actriz tres años después de su debut, vivía y todavía reside en la ciudad de Cracovia (Polonia) cuando Spielberg la seleccionó para dar vida a la única imagen en color de su película rodada en blanco y negro.

A pesar de ser una pieza esencial de la historia y de formar parte de una producción que ganó el Oscar a Mejor película y Mejor director, esta estudiante universitaria no estaba feliz con el resultado.

“Me sentía avergonzada de haber hecho la película y enojada con mi madre y mi padre por haberle contado a la gente lo de mi selección para el personaje”, explica Oliwia. “La gente me decía: ’Debe de ser muy importante para ti, debes de saber mucho sobre el Holocausto’. Pero yo me sentía frustrada con todo el asunto”.

Tal era su vergüenza que lo mantuvo en secreto durante mucho tiempo, “aunque los niños del instituto lo descubrieron por internet”.

Si bien ’La lista de Schindler’ es uno de los clásicos por excelencia de la filmografía de Steven Spielberg y un drama impactante sobre el Holocausto, es difícil de imaginar los sentimientos que pudieron causar a una niña de 11 años el verse morir en pantalla dentro de una realidad histórica tan cruda.

Para aquellos que no lo recuerdan, su personaje, conocido como el único papel en color en toda la película, lleva un abrigo y unos zapatos rojos y es el que inspira a Oskar Schindler (Liam Neeson en el filme) a salvar a miles de judíos de acabar en los campos de concentración cuando encuentra a la niña en un carro de cadáveres tras la masacre del gueto de Cracovia en 1943.

Con el paso de los años, Oliwia fue cambiando de opinión, y tras un largo período renegando de su experiencia, finalmente comprendió lo importante que fue su rol en la historia.

Y aunque lamenta haber visto la película siendo tan pequeña, y a pesar de haberse prometido no volver a verla, le dio una segunda oportunidad al cumplir los 18, tal y como le sugirió Spielberg. “He formado parte de algo de lo que puedo estar orgullosa”, confiesa ahora la joven.