Son pocas las películas que nos atrapan con su poderosa y sobrecogedora gama de sensaciones y sentimientos. El árbol de la vida es una de las mejores representantes de esta categoría.

La cinta de Terrence Malick, nominada en los últimos premios Oscar en las categorías de mejor director, mejor película y mejor cinematografía, escapa a los habituales estándares del cine comercial y a la vez muestra un despliegue visual e interpretaciones dignas de los más grandes proyectos.