Titanic, la taquillera cinta de James Cameron, es una de las leyendas del cine que, si bien naufragó en el Atlántico, sigue vigente en la memoria de sus seguidores y de quienes conocieron la historia de amor de Jack y Rose.

Algo que pocos saben es que sí existió un J. Dawson, pero no llamado Jack, sino Joseph, joven que falleció en el Titanic y cuya tumba ubicada en Nueva Escocia, Canadá, se convirtió en una de las más visitadas después de estrenarse la película. Al momento de escribir el guión, Cameron pensaba que su personaje era enteramente ficticio.

Las manos que dibujan a Rose (Kate Winslet) en la memorable escena de su desnudo, no pertenecen a Leonardo DiCaprio, sino al propio director James Cameron. Debido a que el realizador era zurdo y el actor diestro, se tuvo que invertir la escena.

En 2012, un programa de televisión demostró que el personaje de Jack sí podría haber subido a la puerta sin hundirla. Sin embargo, el director explicó que el galán debía morir por razones dramáticas de la película.

La famosa frase, “Soy el rey del mundo”, no estaba escrita en el guión de Titanic, fue totalmente improvisación de DiCaprio, quien la consagró al punto de que fue repetida por James Cameron cuando recibió el Oscar por la cinta.