Cuatro años después de publicar el final de la saga Twilight, su autora Stephenie Meyer cierra un capítulo en su vida con el estreno de la última adaptación cinematográfica de su trama de vampiros y hombres lobos, Breaking Dawn – Part 2, que debuta en EE.UU. el 16 de noviembre.

El mundo de Twilight, que comenzó en las páginas de un libro homónimo que vio la luz en 2005, ha traspasado fronteras y formatos para convertirse en un fenómeno de masas con una legión de devotos dispuesto a dormir a la intemperie durante días por ver de cerca a las estrellas del universo que admiran.

Aquella primera novela fue seguida en 2006 por “New Moon” y en años sucesivos llegaría “Eclipse” y luego “Breaking Dawn”, justo en 2008, cuando los personajes de Edward, Bella y Jacob dieron el salto a la gran pantalla encarnados por Robert Pattinson, Kristen Stewart y Taylor Lautner, unos jóvenes que pronto serían estrellas.

“Poner fin a algo que ha sido parte de tu vida durante tanto tiempo tiene siempre algo de amargura”, reconoció Meyer en una entrevista con Efe en Los Ángeles.

A sus 38 años, esta novelista poco amiga de posar ante las cámaras se debate entre la “tristeza” y la satisfacción de ver completado el trabajo “de una forma muy positiva”, y no esconde su deseo de dejar atrás el ajetreo de una saga que empezó escribiendo en su casa y terminó produciendo en los rodajes.

“Twilight” cambió su rutina, como también lo hicieron sus tres hijos, cuyos horarios escolares contribuyen a trastocar un poco más el ritmo creativo de Meyer, que gestó su icónica saga en la oscuridad de la noche, sin ruidos ni teléfonos, cuando nadie la molestaba.

Ahora, sus responsabilidades maternas la obligan a levantarse temprano y buscar inspiración a plena luz del día, un proceso que trata de dominar, aunque le resulta frustrante.

“No soy muy buena en eso, escribo una palabra cada 15 minutos y eso me vuelve loca”, declaró la autora que confía en que el final feliz de Twilight le permita tener más constancia en hacer lo que más le gusta.

“No hay nada que sea tan emocionante como crear un mundo”, explicó Meyer, algo que siente que tiene que volver a hacer más pronto que tarde.

“Mi reloj interno me está diciendo que necesito ponerme de nuevo a escribir. Ha pasado ya bastante tiempo desde la última vez que publiqué algo (“The Short Second Life of Bree Tanner: An Eclipse Novella”, 2010)”, indicó Meyer que negó sentir la presión de tener que igualar el éxito de Twilight con sus próximos proyectos.

“Nada va a ser igual que esto”, apuntó. Meyer dijo que su camino le llevaría a desarrollar historias “para un grupo más pequeño de lectores”, aunque predijo que “todo lo que escriba tendrá un elemento de fantasía y un elemento romántico probablemente muy grande”, comentó.

Stephenie Meyer insistió en que aún a día de hoy es incapaz de entender qué fue lo que hizo que “Twilight” conectara con tantos lectores y espectadores, cuya devoción a la saga pondrá el tiempo a prueba una vez concluida.

La autora descartó que tenga en sus planes continuar con esa historia y tampoco pareció muy dispuesta a poner en manos de otros artistas los derechos para sacar proyectos dentro de ese mismo universo o hacer nuevas versiones para el cine, algo que se estila mucho en Hollywood.

“Me resulta muy difícil dejar que mis personajes se vayan, que digan cosas que no dirían, que hagan cosas que no harían, será complicado que yo acepte algo así”, manifestó.