El madrileño borda, una vez más, a un temible personaje, en “Skyfall”, el malvado Silva, al que (como ya hiciera en “No es país para viejos”) le añade un pelo rubio imposible que, aparte de desasosiego y temor, produce una terrible incomodidad sólo con verlo. Eso era, justamente, lo que quería el director, ha explicado. “Este villano es producto de muchísimas cosas, no algo que provenga de mí”, añade Bardem, humilde.

Los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson; el director, Sam Mendes; la nueva “chica Bond” Naomi Harris, y los protagonistas de la película, Bardem y Craig, presentaron en una rueda de prensa celebrada en Madrid esta multimillonaria producción (algo más de 200 millones de dólares) que se estrena el 31 de octubre en España.

“Pero lo que yo sentía cada día era que hacíamos una película de bajo presupuesto, porque era trabajar las escenas, los diálogos, los personajes con una libertad extraordinaria, tanto que, para un monstruo de película como ésta (mi primer monstruo),apunta Bardem, no me lo esperaba”.

En un tono absolutamente distendido, en el que competían el humor inglés de Mendes y Craig con el castizo de Bardem, ambos actores han demostrado que la química existente en escena, también hubo risas al respecto, es auténtica, y la admiración, mutua.

“Bardem es uno de los mejores actores que conozco, pero también un gentleman increíble”, dice Craig en una larga retahíla de piropos que Bardem zanja diciendo que conseguir esos comentarios le ha costado “mucho jamón”.

“Después de 25 años de carrera, agrega Bardem, lo que uno recuerda cuando acaba un proyecto es la calidad humana y ésta ha sido una de las más placenteras a nivel humano y profesional”.

Lo cierto es que “Skyfall” tiene todos los ingredientes de las aventuras del 007, con increíbles persecuciones, incluso en motos que saltan entre tejados, romances inevitables, un malo que intenta destruir el mundo al que hay que detener y, por primera vez, el reconocimiento del lado oscuro del agente del M16.

“Cuando empezamos a trabajar el guion de ‘Skyfall’ recurrimos a los primeros libros de Ian Flemming, y entonces era difícil que se abordaran los lugares más oscuros de la psique de Bond, pero el agente que es hoy tiene conflictos personales, explica Mendes, está deprimido con su vida, sabe que es un asesino, pero no conoce otro tipo de vida. Y bebe mucho”.

Un Bond que ya se apuntaba en “Casino Royal” (2006), el primer 007 de Craig, y que en esta entrega acaba por “morir” para resucitar más “al servicio de su majestad” que nunca.

Craig, que reconoce su debilidad por el 007 Sean Connery y se declara ‘fan’ de la cinta de Mendes, recuerda que su primer Bond fue “Vive y deja morir” (1973), pero que “probablemente”, sus favoritas son “Goldfinger” (1964) y “Desde Rusia con amor” (1963), a pesar de que todos han ido dando al personaje trozos de sí mismos. Pero su “malo” favorito es el de Bardem.

Y para villanos, dice Bardem, “los que rescatan a los bancos en vez de a las personas, y los que no piensan sinceramente lo que significa un desahucio”.

Preguntados por la posibilidad de rescatar a Bardem para futuros proyectos, los productores no se pronunciaron; tampoco confirman o desmienten que el “oscarizado” Sam Mendes, autor de cintas como “American Beauty” o “Revolutionay Road”, vuelva a próximos Bond (Craig ha firmado otras dos entregas).

El actor británico reconoce que nota el paso del tiempo; de “Quantum of Solace”, que hizo hace ya cuatro años, a “Skyfall” el esfuerzo físico, que “es lo peor de este trabajo”, afirma, le va pasando factura, aunque remata: “Pero yo siempre me entrego”.

Lo cierto es que Craig compone en “Skyfall” un Bond difícil de olvidar: ya no es infalible, falla cuando dispara, tiene graves secuelas de su última misión, en la que ha fracasado, y “M” (Judy Dench) le manda a tomar una ducha.

En estos 50 años desde el estreno de “Agente 007 contra el Doctor No”, Bond ha seducido o ha sido seducido por más de cuarenta mujeres, muchas de las cuales intentaron asesinarle, pero en “Skyfall” su “chica” es moderna y original, pero “manteniendo elementos clásicos como el glamour, el misterio y la capacidad de ‘hacerle caer’”, explica Harris.

EFE