Según la oficina forense del estado de Nueva York, la muerte del actor Philip Seymour Hoffman que ocurrió el pasado 2 de febrero, fue causado por una intoxicación aguda por mezcla de drogas, después que las pruebas toxicológicas confirmaran la presencia de heroína, cocaína, anfetamina y tranquilizantes en los restos de sangre del actor.

El cuerpo del actor fue hallado sin vida en un baño del apartamento donde residía en el barrio de Greenwich Village, al sur de Manhattan, hace casi un mes.

Hace pocos días se conoció el testamento del actor redactado en el 2004, donde se conoció el deseo del actor de que su hijo Cooper debe ser criado en un lugar con acceso a la cultura como Manhattan, Chicago o San Francisco, y que no podrá disfrutar la fortuna, estimada en 35 millones de dólares, hasta haber cumplido los 25 años.