Dos jóvenes se conocen en un parque un sábado por la mañana, naciendo del encuentro casual una relación que se prolonga durante todo el día. Con ese sencillo argumento, hace su debut como director Jesús Álvarez.

Un elenco mínimo conformado por Bruno Ascenzo y Gisela Ponce de León y las calles de Magdalena del Mar para graficar esta historia.

“Es una historia de amigos, y lo necesitaba hacer con dos de mis mejores amigos”, comenta a la Agencia de Noticias Andina el debutante cineasta refiriéndose a los protagonistas.

No es gratuita su afirmación, pues la empatía que existe entre Ascenzo y Ponce de León es evidente incluso lejos de las cámaras.

Ascenzo nos enumera de memoria hasta seis trabajos en los que ambos actores han compartido espacio, sin contar el programa de radio que conducen juntos desde hace un rato.

Respecto a la película, Gisela Ponce de León explica que, más allá de la amistad que pueda haber entre ambos, lo importante es que los personajes sean un reto, de características diferentes a las de ella misma.

“Si no es así, me frustro”, dice. “Nuestros personajes son opuestos, pero no pueden separarse”, agrega Ascenzo, quien dice que por ratos el suyo quiere “desaparecer” a su compañera y viceversa.

Álvarez nos asegura que de forma natural la historia encontró su lugar en varias locaciones del distrito de Magdalena del Mar, municipalidad que los apoyó logísticamente.

Recordó además que una de las escenas significó todo un reto de producción, pues se rodó en el puente de la avenida Brasil con Pershing.

El ruido era tal que se vieron forzados a doblar las conversaciones en estudio, y lo que en pantalla se ve como unos minutos significó unas cuantas horas de trabajo extra.

Aunque no quieren dar más detalles de la historia, el director promociona su película resaltando que “ningún encuentro es por casualidad, hasta el más breve choque en tu vida con alguien puede hacer que replantees todo lo que piensas”. ANDINA