Los hechos ocurrieron en el 2007, cuando salía Lindsay Lohan de una fiesta en Malibú e invitó a tres sujetos a irse con ella en su coche.

La actriz estaba bastante tomada y discutió con una de sus exempleadas, por lo que subió a su auto demasiado alterada y manejó a exceso de velocidad persiguiendo a su exempleada desde Malibú hasta Santa Mónica, terminando frente a una estación de policía.

Ed McPherson, abogado de Lohan declaró que dicha demanda era absurda, ya que estas personas podían haber abandonado el vehículo en más de una ocasión y no lo hicieron, pues para ellos fue algo divertido y fuera de lo común.

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