El actor francés Gérard Depardieu, que recientemente ha registrado su domicilio fiscal en Bélgica, ha puesto en venta el palacete que posee en el barrio parisiense de Saint-Germain-des-Prés, informa el diario Le Parisien.

La propiedad, de 1.800 metros cuadrados habitables en el corazón de París, se puede adquirir por unos 50 millones de euros (unos 65 millones de dólares), según el rotativo.

Se trata de un palacete construido en 1820 por el barón de Chambon y que fue adquirido por Depardieu en 2003 con la intención de instalar su productora.

Posteriormente, el actor cambió el proyecto y pensó en transformarlo en un hotel de lujo, para lo cual la finca estaba en plenas obras con vistas a su apertura en 2013, según “Le Parisien”.

La propiedad contiene un “monumento histórico” junto con “un jardín y una terraza”, además de “un segundo edificio tipo ‘loft’ iluminado por una claraboya”, reza el anuncio de la agencia inmobiliaria en la que está a la venta.

La decisión de Depardieu de establecer su domicilio fiscal en Bélgica ha provocado la airada reacción de la clase política francesa.

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, consideró “despreciable” la decisión del actor.

El presidente del grupo parlamentario socialista, Bruno Le Roux, anunció la creación de un grupo de trabajo sobre los exiliados fiscales, para ver si se les puede obligar a pagar impuestos de alguna manera.

Desde la derecha se acusa al Gobierno de haber incrementado tanto la presión fiscal que obliga a los grandes contribuyentes a abandonar el país.

Depardieu ha adquirido una casa en la localidad belga de Néchin, situada apenas a un kilómetro de la francesa de Roubaix, y donde ya residen otros acaudalados franceses.

El lugar fue escenario, el miércoles, de una protesta organizada por militantes del partido belga de extrema izquierda PTB, que reprochan al actor, uno de los mejores pagados de Francia, ser insolidario con los contribuyentes modestos, tanto con los galos como con los belgas, sujetos a una fuerte presión fiscal. EFE