“Mientras estudiaba vi que en el discurso educativo se hablaba de respeto, valores, libertad… pero en la práctica, se hacía totalmente lo opuesto, se potenciaba el individualismo y la competencia y eso me hizo reflexionar”, explicó a Efe el director del documental, Germán Doin Campos, un porteño de 24 años.

A partir de ahí, Doin decidió investigar métodos de enseñanza diferentes al que él había experimentado en carne propia y viajó por países de habla hispana para entrevistar a educadores y padres que se han rebelado contra un sistema educativo “vigente desde hace más de 200 años”, con “prácticas y estructuras obsoletas”.

Tenía solo 21 años y acababa de licenciarse en comunicación audiovisual cuando se planteó un proyecto que no ha parado de crecer y que tres años más tarde ha acabado convirtiéndose en el primer largometraje argentino financiado a través de las redes sociales.

El equipo de La educación prohibida recaudó 62.700 dólares gracias a las donaciones de 704 coproductores, en su mayoría procedentes “de Argentina, España y Perú”, detalla el director.

El largometraje se distribuye bajo la licencia “creative commons” y permite, e incluso alienta, la copia y distribución gratuita del mismo, y deja abierta la puerta a la modificación del material.

Por Mar Centenera (EFE).