Un ciudadano americano – musulmán (Michael Sheen, Lucian de Underworld) esconde tres cabezas nucleares en tres ciudades distintas del país. Dos detectives (Anne – Care Moss y Samuel L. Jackson, los recordados Trinity y Morfeo de Matrix) tienen solo 48 horas para ubicarlo, detenerlo y salvar a Estados Unidos de una de las más grandes amenazas de su historia.

Bajo esa trama se desarrolla “El Día del Juicio Final” (Unthinkable) un thriller sin escrúpulos que te hará saltar del asiento y pondrá a prueba tu resistencia.

El argumento de la película es simple, e incluso trillado –el típico terrorista que amenaza con volar el país, y los valientes agentes que deben detenerlo a como dé lugar- sin embargo, pocas son las películas que invierten los papeles y ubican al criminal en el papel más vulnerable y a los agentes del bien como perversos agresores.

El film, dirigido por Gregor Jordan, sobrepasa los límites de la perversidad humana y nos introduce en el conflicto de cada uno de los personajes quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa por desactivar las bombas que amenazan destruir al país.

AMARGA REALIDAD

‘Unthinkable’ es una cinta perturbadora pero que nos hace reflexionar sobre las atrocidades de las agencias de inteligencia. Muchos vemos los resultados de las operaciones pero pocos vemos los medios para conseguir tales fines. Además, representa una dura crítica a la invasión de las tropas americanas en Oriente Medio.

Hago anotación de una de las líneas de Sheen en la película: “¡Amo a mi cultura, amo mi religión y ustedes se cagan en ella!”, he ahí la respuesta a tanta guerra innecesaria.

Es bueno resaltar que las locaciones son pocas, incluso gran parte de la película se desarrolla en la misma cámara secreta donde Younger es torturado, por lo cual el guión de Peter Woodward se convierte en más que excepcional.

Finalmente, una mención honrosa a la interpretación de Samuel L. Jackson quien caracteriza al temible interrogador H, quien con total sangre fría no le importa ganarse la enemistad de su equipo con sus torturas, pero quienes a la vez se debaten en el conflicto de hasta cuánto será necesario permitir tal maltrato.

Robinson Reyna