Si nombramos la saga ’Toy Story’, ‘Wall e’, ‘Up’ o ‘Ratatouille’, que duda cabe que son sinónimos de muy buenas películas animadas, todas ellas pertenecientes a la factoría de Pixar Animations.

Pero de entrada asumimos con franqueza que ‘Cars 2’ , no está ni a la sombra de todos sus anteriores trabajos, muy a pesar que le agregan la “magia” del 3D.

Tal vez el pecado más grande que comete la realización animada, es pensar con todo el artificio expuesto, un diseño bárbaro y unos cuantos gags den todo solucionado para seducir a una platea compuesta por niños y sus padres. Grave error, la cinta carece de alma, una temática más verosímil se nota su desequilibrio generado por la carencia de intenciones más allá de lucrar con una nueva entrega.

Esta vez Rayo McQueen recibe una invitación para participar en un torneo patrocinado por combustibles pro ecológicos.* Emprende con la adorable grúa Mate y sus amigos de radiador Spring un recorrido que los lleva a Tokio, Londres e Italia, a un campeonato mundial de automovilismo.*

Paralelamente después de una pelea entre amigos Mate y el Rayo se alejan. Aparecen es escena nuevos personajes, un espía que simula James Bond que recluta al vieja camioneta para emprender la búsqueda de quienes quieren sabotear las carreras y generar un complot por el uso de biocombustibles, generando varias aventuras y extrañamente la cinta termina centrándose más en la oxidada camioneta que en la verdadera estrella.

“Cars 2” está sostenida por una extraña mezcla de película de espionaje con aventuras con varias deficiencias en lo referente a la falta de variedad, originalidad, claridad o un simple encanto de otras cintas de la compañía. Hay que reconocer que muchas escenas de autos corriendo son sublimes pero la carencia de inteligencia y emotividad de su guión son tan notorias que escasamente sostienen las escenas más movidas.

Se rompe en parte que las secuelas exitosas y reafirma que estas deben hacerle honor a su antecesora como ocurrió con ‘Toy Story’, que sigue superándose. A pesar de que sobran coches y carece de emociones, e increíblemente la supuesta comicidad de sus gags no siempre dan en el blanco, la cinta puede recaudar por su orquestada campaña de marketing que comenzó hace casi un año. Es la primera vez que Pixar nos deja con gusto a poco.

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