Tenía 32 años y estaba rodando su quinta película de artes marciales, Game of death, que quedó inconclusa. Las extrañas circunstancias de su muerte, un coma producido al parecer por un analgésico, y la extraordinaria repercusión de sus cuatro películas anteriores convirtieron a Bruce Lee en un mito y un icono.

Karate a muerte en Bangkok, Furia Oriental, El furor del dragón y Operación dragón se rodaron entre 1971 y 1973 y convirtieron a su protagonista en un verdadero fenómeno de masas. Estos films y la potente personalidad de Bruce Lee fueron también responsables de la divulgación de las artes marciales en todo el mundo.

Pero su carrera cinematográfica de Lee había comenzado mucho antes. Hijo de actores, su debut se produjo con apenas dos meses de vida en un film llamado Lágrimas de San Francisco, pero tuvo que esperar a los seis años para hacer una prueba en Hong Kong y así entrar en el mundo del cine de manera profesional.

Con 18 años decidió volver a Estados Unidos, donde había nacido, para reclamar la nacionalidad americana. En diciembre de 1958 desembarcaba en San Francisco, la ciudad donde nació y en la que había pasado escasos meses.

Bruce Lee había empezado a practicar el kung fu con 13 años, pero fue en Estados Unidos donde decidió perfeccionar sus habilidades. Se instaló en Seattle y en 1961 empezó los estudios de filosofía en la universidad. Tres años después abandonó la carrera para abrir su primer gimnasio y dedicarse en exclusiva a su entrenamiento personal y dar clases de kung fu.

Su fama como experto en artes marciales le entreabrió las puertas de Hollywood. Logró el papel de Kato en la serie Green Hornet, un personaje ataviado con traje verde y máscara que era un experto luchador. Pero sus trabajos en el cine no pasaban de apariciones ocasionales en otras series y en alguna película, como Marlowe, detective muy privado (Paul Bogart, 1969). La mayor decepción ocurrió cuando fue rechazado para el papel de protagonista en la serie Kung Fu, por ser “demasiado chino”.

Sin embargo, su faceta como entrenador y maestro de artes marciales era un éxito. Tuvo entre sus alumnos a personajes como Steve McQueen, James Coburn o Kareem Abdul Jabbar, de los que también fue amigo.

Bruce Lee había conseguido la independencia gracias a estos éxitos y en su siguiente film, El furor del Dragón, se encargó también de la dirección y del guion. Por eso es considerada como su película más personal.

Hollywood no podía permanecer indiferente al inesperado filón asiático y Warner le propuso un proyecto que supondría su lanzamiento a nivel mundial, Operación Dragón. La película se rodó a comienzos de 1973.

Bruce Lee no viviría para ver el estreno de Operación Dragón. Su inesperada muerte a los 32 años, el día 20 de julio de 1973, conmocionó a su legión de seguidores. Más de 25.000 personas acudieron a su funeral en Hong Kong, aunque su cuerpo descansa en el cementerio de Seattle.

El cine supuso el punto más alto en la fama de Bruce Lee, y el estreno de Operación Dragón el 31 de agosto de 1973 supuso su definitivo encumbramiento al panteón de los mitos.

Su increíble habilidad, su magnetismo y su faceta de maestro, que combinaba la práctica de las artes marciales con la filosofía taoísta, convirtieron a Bruce Lee en un referente y un modelo que ha perdurado a lo largo de las siguientes generaciones.