Cinco años después de cortar cabelleras nazis en “Inglourious Basterds” (2009), Brad Pitt regresa al escenario de la II Guerra Mundial con el prisma hiperrealista de “Fury”, donde el espectador se sube al interior de un tanque para ser testigo de los horrores de la guerra.

“Brad resultó ser como un padre de familia en el set”, dijo a Efe David Ayer, director y guionista de esta película que llega a las salas de EE.UU. el día 17. “Es un hombre bien sencillo y trabajador que se abre por completo a sus compañeros. No llegó con planes de estrella ni guardaespaldas ni chóferes ni nada… Solo él con ganas de trabajar”, agregó.

Pitt no es ajeno a los filmes sobre contiendas bélicas, ya que apareció también en “Legends of the Fall” (1994) y “Troy” (2004).

“Es muy humilde”, apuntó Michael Peña, uno de los actores que, junto a Shia LaBeouf, Jon Bernthal y Logan Lerman, forman la brigada de la que está encargada el personaje de Pitt en “Fury”. “Él era nuestro jefe y nuestro hermano mayor, tanto en la realidad como en la ficción. Es un gran actor y un buen chavo”, añadió.

En abril de 1945, las tropas aliadas afrontan la recta final de la guerra y un sargento con muchas batallas a cuestas, tras la invasión del norte de África, Sicilia y la liberación de Francia y Bélgica, emprende una misión suicida en el corazón de Alemania.

La historia transcurre durante una sola jornada en la que se suma al grupo un joven aterrorizado por su nuevo cometido, que debe amoldarse a la forma de ser de sus nuevos compañeros mientras descubre la tragedia y el drama del conflicto con cada misil y cada bala que lanza “Fury”, el tanque que les da cobijo. Efe

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