Un niño de tres años observaba sus testículos mientras su mamá le bañaba.
“Mami”, preguntó, “¿Es este mi cerebro?”
“Todavía no”, contestó la madre.
Un niño de tres años observaba sus testículos mientras su mamá le bañaba.
“Mami”, preguntó, “¿Es este mi cerebro?”
“Todavía no”, contestó la madre.
NO TE PIERDAS