Es un tipo que baja de su casa para irse al trabajo, y al acercarse a la esquina donde había aparcado la noche anterior su coche, se encuentra con que se lo han robado.
-¡Maldición! ¡Me han robado el coche! ¡Ladrones, policía, socorro!
En esto que un tipo que pasaba por ahí, se le queda mirando y le dice:
-¡Hombre!, no se ponga usted así, no es para tanto, a fin de cuentas se va a evitar usted gastar una pasta en gasolina, ¿no?
-El perjudicado se le queda mirando y le contesta:
-Bueno, pues visto así, tiene usted razón.
El otro lo mira, y sacando una pistola le contesta:
-Pues hala, démela a mí, junto al reloj, el anillo y el mechero.