Una mujer sospechaba que su marido le era infiel con la empleada doméstica, así que decidió ponerle una trampa: le dio día libre a la empleada sin avisarle a su esposo, y en la noche se acostó en la cama de la empleada.

Tal como ella lo esperaba, un poco más tarde entra un hombre a la alcoba y se entregan al más fascinante acto de amor y pasión descontrolada.

Al terminar, la mujer muy agitada, suspira profundo, y encendiendo la luz dice:

—¿Sorprendido? No esperabas encontrarme en esta cama, ¿verdad?

—Pues no patrona… la verdad que no… — le respondió el jardinero!!!

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