La actriz, directora y productora mexicana calificó de “melodrama hollywoodiense” la polémica sobre la entrevista que hizo el actor estadounidense al narcotraficante mientras estaba prófugo y opinó que el debate no resuelve los problemas de fondo de ambos países.

En una entrevista con un reducido grupo de medios de comunicación, entre ellos Efe, tras la presentación en México de la película de animación “El Profeta”, que ella produce, Salma Hayek admitió que no ha dedicado tiempo a pensar en el tema ni ha leído la famosa entrevista a Joaquín El Chapo Guzmán.

Sin embargo, Salma Hayek afirmó que con la controversia en torno a la revelación del encuentro secreto de Sean Penn y Joaquín El Chapo Guzmán “no sabe uno si es que Estados Unidos está poniendo en bajo (estigmatizando) a México o si México sabía dónde estaba siempre y ahora que sale esto agarran” al capo y “le están echando la culpa” a Penn.

Además, Salma Hayek opinó que “el resultado (de la entrevista) no es importante”, pues “no resuelve ninguno de los problemas cruciales”. “Crea un foco de atención a un melodrama hollywoodiense que no nos avanza en los pasos que hay que tomar para resolver los problemas de ninguno de los dos lados”, sentenció.

A Salma Hayek, de 49 años y cuyo nombre de origen árabe está asociado al concepto de “paz” o “calma”, le interesan más “otras cosas”, como por ejemplo “quién está comprando el petróleo de Siria, que está tomado por ISIS (el Estado Islámico), y que está fregando (perjudicando) al precio del petróleo mexicano”.

“¿Por qué ningún país está haciendo un boicot a los países que están comprando ese petróleo?”, planteó.

Sobre “El Profeta”, basada en el libro homónimo de 1923 del poeta y filósofo libanés Khalil Gibran, Salma Hayek explicó que tenía ganas de hacer algún proyecto sobre “la esencia del ser humano”.

“Aunque él es un escritor árabe, es un libro de filosofía que ha unido a todas las religiones” porque “habla sobre las cosas simples que nos unen a todos”.

Su acercamiento a la obra tiene que ver con sus orígenes libaneses y con su abuelo, que lo tenía guardado en la mesita de noche y al que la actriz de niña se sentía “muy cercana”.

Su abuelo murió cuando Salma Hayek tenía seis años y el episodio fue “muy fuerte” para la actriz, que cuando leyó la obra por primera vez, “a los 18 o 19 años”, sintió como si su abuelo le hablara.

Según Hayek, la cinta “está diseñada como una experiencia cinematográfica distinta”, para que el espectador tenga “un momento íntimo” consigo mismo.

Con información de Efe.