Rolly Pariona Silva (21) es uno de los 142 estudiantes de que han sido seleccionados para asistir a la Universidad de Harvard, a fin de participar en una serie de actividades relacionadas a su formación integral en liderazgo. Para Pariona, asistir a una de las mejores universidades del mundo es una experiencia indescriptible.

Rolly forma parte de los 142 alumnos de la Universidad Mayor de San Marcos (UNMSM) que ocuparon el primer o segundo puesto en alguna de las 65 escuelas con que cuenta esta casa superior de estudios.

Pero, además, Rolly tiene el mérito de haber ingresado a la decana de América hace 4 años, gracias a Beca 18, al obtener el primer puesto en el examen de admisión, junto a Hitler Alanya, otro beneficiario de la pasantía en Harvard. Este último viajará a la universidad norteamericana en los próximos días.

Si bien fue un estudiante aplicado y empeñoso de la escuela pública ubicada en su natal Chacas, Asunción, Áncash, Rolly no imaginó recorrer los patios y aulas de la Universidad de Harvard, reconocida internacionalmente por su calidad académica.

“Los primeros días, mientras caminaba, recordaba a mis compañeros de la universidad, a los que les encantaría estar acá; también a mi mamá, que siempre me apoyó en mis estudios, desde niño, hablándome en quechua y buscando mis mejoras educativas. Por ella postulé a Beca 18”, recuerda.

Sus sentimientos de felicidad dejan atrás la nostalgia, y agradece a su alma mater haberle permitido conocer cómo se construye el liderazgo y qué metodología de enseñanza tienen los docentes de esa prestigiosa casa de estudios.

“Estimulan el pensamiento crítico y los alumnos buscan formar grupos para saber, no como en Perú que nos juntamos para cumplir solo con la tarea. Las aulas son innovadoras, amplias, circulares, el alumnado rodea al profesor que es el foco de atención de los estudiantes”, comenta este futuro ingeniero electrónico que hace cuatro años ingresó a San Marcos gracias al Programa Nacional de Becas (Pronabec).

Rolly cuenta que su jornada de trabajo empieza a las 9:00 de la mañana y se extiende hasta las 4:30 de la tarde. En ese lapso de tiempo participan en conferencias y debates permanentemente. Solo paran a las 10:30 de la mañana para tomar un refrigerio, y a 1:00 de la tarde para almorzar.

“Una hora de añoranza, pues, aunque usted no lo crea, los chicos extrañan el menú del comedor sanmarquino, la comida caliente, el arroz, la papa. Allá, los platos son fríos y no muy variados. Incluso en vez de tomar jugos, consumen gaseosas”, dice.

Los 142 elegidos no han viajado, lo harán por grupos. En el primero, participa Rolly que actualmente se hospeda en un hotel de Boston, a 10 minutos (en metro) de la universidad de Harvard que se ubica en Cambridge, Massachusetts.

Son 48 alumnos, hombres y mujeres, de las escuelas de ingenierías, ciencias empresariales, económicas y contables los que partieron a Estados Unidos, el 26 de marzo y regresarán el martes 11 de abril. El otro grupo saldrá las primeras semanas de abril, y el tercero en junio.

Al término de su participación en Harvard, este grupo de estudiantes, deberá presentar una propuesta a sus tutores norteamericanos para que el Perú cumpla los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El acabar con la pobreza, es el que ha elegido el equipo de Rolly. Una tarea que este joven ancashino cumplirá con mucha honra.

Cambio de mentalidad y nuevos líderes

El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), también ha sido un lugar de encuentro con la ciencia, los avances tecnológicos y el conocimiento. Algo, confiesa, que promoverá a su retorno.

El profesor Alejandro Narváez, docente principal de la facultad de Ciencias Empresariales de la UNMSM, comparte el mismo entusiasmo que Rolly, aunque por su experiencia como economista y además maestro sanmarquino, las razones están fundamentadas desde otra óptica.

En estos momentos acompaña al grupo, y reconoce que la forma de enseñanza de los docentes de las universidades públicas, es obsoleta, está desconectada del mundo real, afirma, y estas visitas les permitirá llevar una nueva metodología de enseñanza.

“Los docentes nos tenemos que sumar a los cambios. En la facultad donde enseño, trabajamos 150 profesores, y estudian aproximadamente unos 3,000 alumnos. Con esta experiencia, todos regresaremos diferentes, con otra mirada de enseñanza que es la que demanda el mundo real”, señaló. (Fota: Andina)

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