Roman Reigns, tan criticado y alabado a la vez, tapó muchas bocas al convertirse en el ganador del primer evento del año y quizás uno de los más importantes, el Royal Rumble, y es que tras quedarse con Batista en el año 2014 y perderla, la WWE le daría una oportunidad más para poder demostrar su valía y mostrar esa capacidad que tiene para destruír rivales, haciéndolo uno de los más poderosos de toda la máxima empresa del entretenimiento deportivo.

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El reconocido luchador entró en la posición número 19, cosa que le caería muy bien puesto que no era de los primeros y tenía la lucha de alguna forma ‘ganable’ hasta que llegaron los pesos pesados de Kane y el Big show.

Sin embargo, Reigns sacó fuerzas de donde no habían para poder salirse con la suya y sacar a ambos luchadores que muy enojados lo golpearon, haciendo que aparezca the Rock, sacando también a Rusev afuera de las tres cuerdas y celebrando su pase a Wrestlemania 31 para enferntar a Brock Lesnar por el título de la WWE.

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