marcó en menos de 15 de segundos desde el pitido inicial el primer gol en las semifinales de los Juegos Olímpicos contra Honduras, pero en la jugada se quejó de falta de aire y dolores en el pecho y ha asustado a los más de 70.000 hinchas que colman el estadio Maracaná.

El tanto producido exactamente a los 14 segundos, el más rápido de la historia del fútbol en los Juegos Olímpicos Río 2016, se produjo cuando el jugador del Barcelona robó el balón al zaguero Johnny Palacios al borde del área de la selección Bicolor.

La jugada terminó con una atropellada salida del portero Luis López, que chocó con el jugador azulgrana, e cuya caída chocó pesadamente con su pecho y luego con el estómago mientras el balón cruzaba lentamente la línea de gol.

Neymar fue atendido al menos dos veces al borde de la cancha ante la preocupación de los jugadores y el cuerpo técnico del equipo que dirige Rogério Micale.

Con el transcurso de los primeros 15 minutos la situación del capitán brasileño pareció normalizarse, aunque en reiteradas ocasiones rodó por el césped ante la recia marca de los hondureños.

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