Roger Federer fue eliminado de forma sorpresiva en los octavos de final de Roland Garros por el letón Ernests Gulbis al caer 6-7, 7-6, 6-2, 4-6, 6-3 y mostró su incomodidad por el pobre papel que ha mostrado en la temporada en arcilla, afirmando que los torneos de Halle y Wimbledon, que se disputan en césped, tendrán un desenlace diferente. “Mentalmente ya he cambiado al pasto, para ser honesto”, dijo Federer. “Para mí, la temporada de polvo de ladrillo fue divertida, pero ya es momento de irse. Me siento atascado en la arcilla”.

“Es evidente que primero me centraré en Halle, para tratar de defender mi título allí. Es agradable volver a un lugar donde tengo que defender algo. No ha sido así por un tiempo, así que eso es algo que estoy deseando que llegue. Creo que cuando estoy sano, como ha sido en los últimos seis meses, tengo más control de los partidos que el año pasado. Estoy muy entusiasmado con mis posibilidades de Wimbledon esta vez”.

El tenista suizo sabe que esa superficie es la que más se adecua a su juego y una muestra de eso es que se encuentra en la cima del listado de títulos de todos los tiempos en esa superficie con 13.

“Las cosas van a cambiar con la temporada de hierba”, añadió Federer. “Va a ser diferente. Tengo que acortar el back-swing”.

“Por lo general, uno juega bien en el césped, porque uno tiene que hacer mucho menos esfuerzo que en tierra batida. Yo siento lo mismo con mi juego. Cuando uno se mueve en el terreno rápido, es difícil que el rival soporte tu velocidad. En tierra batida es diferente, y esa es probablemente la razón por la que juego bastante bien en el césped después de la temporada de tierra”.