El inmaculado currículum tenístico de Roger Federer para muchos el mejor jugador de la historia solo tiene una mancha, que está dispuesto a borrar este fin de semana, y tras días de incertidumbre por una lesión de espalda, el suizo participará en el asalto a la anhelada Copa Davis frente a Francia.

La presencia del número dos del mundo, confirmada hoy antes del sorteo de los partidos, le da una nueva dimensión a la final, que sin él parecía tener claro color francés.

Finalmente Federer, que se ha entrenado suavemente estos días en la sede de la final, Lille (norte de Francia), buscará su primera Ensaladera formando un equipo temible junto al número cuatro del mundo, Stan Wawrinka.

Pero Suiza tendrá delante no solo a los jugadores franceses, sino a las 27.000 gargantas que prometen convertir en un infierno el Estadio Pierre-Mauroy y que abren todavía más el pronóstico de la final.

EFE