Han pasado ya 22 años de aquel trágico domingo 1 de mayo cuando , acaso el mejor piloto de la historia de la y el automovilismo deportivo, se despidió de este mundo a más de 300 kilómetros por hora cuando perdió el control de su Williams en la maldita curva de Tamburello durante el Gran Premio de San Marino.

El destino había llevado al piloto brasileño a firmar por la escuderia británica luego de una sequía con McLaren. Ayrton Senna estaba dispuesto a recuperar el brillo y hacerle batalla a Bennetton y Michael Schumacher.

Senna había conseguido la pole position el sábado por la mañana en una prueba también accidentada por el fallecimiento del austriaco Roland Ratzenberger; y pese a lucir algo nervioso desde la mañana del domingo, quizá pensando en que algo malo podía pasar, se subió a su monoplaza para correr.

Cuando se preparaba para girar en la séptima vuelta del Gran Premio de San Marino, su bólido se estrelló contra un muro. El impacto, a pesar de lo fuerte que fue, no le provocó fracturas en los huesos, pero le produjo un golpe mortal en la cabeza que acabó con su vida a los 34 años de edad.

Según datos oficiales, Ayrton Senna murió en el hospital unas cuatro horas después del impacto y todavía no están claras las causas del accidente en el que perdió el control de su monoplaza, pero todo indica que el brazo de suspensión, una barra de metal larga y delgada atravesó el casco del piloto y se alojó en su cabeza.

Hasta siempre Ayrton.

Ayrton Senna

La F1 recuerda a Ayrton Senna 22 años después

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