¿Qué le espera al Canal de Surco en los próximos años? En el marco de workshop internacional que cada año organiza la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Pontificia Universidad Católica, entrevistamos al arquitecto Carlos Seoane. autor de proyectos de recuperación paisajística tan singulares como el premiado Mirador de Pedra de Rá, en el ayuntamiento de Riveira (A Coruña – España).

Seoane desarrolla diversos proyectos en Latinoamérica, en colaboración con el ingeniero José María Pérez – San Vicente, experto en eficiencia energética y sostenibilidad y director de empresa consultora de ingeniería . Destacan por su interés y actualidad el primer gran hotel urbano diseñado con criterios bioclimáticos, de eficiencia energética y sostenibilidad, que se construirá próximamente en Managua (Nicaragua), o el proyecto de recuperación de contenedores para su uso como espacios de trabajo o unidades habitacionales en Ecuador.

Seoane nos explicó que el canal desempeña un importante papel vertebrador del tejido urbano de Lima, sin embargo, debido al desarrollo inmobiliario incontrolado y el retraso administrativo que acumulan las licitaciones de las obras de mejora planteadas, este protagonismo se ha ido reduciendo gradualmente. “Conforme crecen la población y el nivel bienestar, la sociedad va a exigir que el canal no solo sirva para regar los parques, sino que también pueda convertirse en un generador de espacios públicos. Esta infraestructura tradicional es un elemento vivo, un elemento dinámico, capaz de vehiculizar la mejora de la calidad medioambiental de su entorno”.

Detalló que una de las formas para poder recuperar el Canal de Surco es la creación de un “cinturón verde” con la finalidad de que nuevamente se pongan en valor sus 29.5 kilómetros, sin alterar lo que ya brinda la naturaleza.

“Sabemos que hay zonas canalizadas, ocupadas, pero es ahí dónde se pondrá a prueba la creatividad y el ingenio urbanístico de los arquitectos. No hay que dase por vencido. Tengo entendido que hay empresas o industrias que están a punto de desaparecer. Es una buena oportunidad para reubicarlas, ganar terreno y así recuperar parte del canal cimentado. Éste no es un proyecto de 1 año, 2 años… puede durar hasta 20 años. Llevará tiempo, pero no es imposible”, enfatizó.

Dijo además que, conforme la sociedad avanza, exige más espacios públicos, más espacios naturales y entornos ecológicos. “Cada vez es más habitual que las personas ocupen su tiempo de ocio practicando deportes como, por ejemplo, correr, nadar o andar en bicicleta. Se puede habilitar un sendero pensado para recorridos ciclistas de fin de semana. Esto sin alterar lo que ya nos brinda el canal. Aprovechar los recursos y materiales que nos da la naturaleza para, mediante diseños e intervenciones adecuados, darle mayor protagonismo y realzar su valor”.

Finalmente Seoane añadió que en menos de 20 años habrá una revolución que afectará a todos los sectores, desde la electricidad, hasta los edificios, pasando por la industria, el transporte o la agricultura. Es una realidad irreversible dónde la ingeniería y la arquitectura han de ir de la mano en la lucha contra el cambio climático y la protección del medio natural. “No es un problema sobre diseño entre arquitectos, urbanistas e ingenieros, tampoco de decisión política. Es una demanda social. Al final las cosas ocurren no por visionarios, sino porque el pueblo lo demanda”.