Según los especialistas estadounidenses, el asteroide tenía entre 37 y 58 kilómetros de diámetro, y habría provocado un cráter de 500 kilómetros de diámetro: Más del doble que el generado por el que provocó la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años.

Asimismo, los expertos indicaron que el impacto provocó un terremoto de una magnitud superior a los 10,8 grados en la escala de Richter. Además, estas ondas sísmicas se habrían propagado a todo el planeta, informó el diario ‘El País’ de España.

Las nuevas informaciones, dadas a conocer por la revista Geochemistry, Geophysics, Geosysmes de la Unión Geofísica Americana de Estados Unidos, establecen que la velocidad del impacto fue de 20 kilómetros por segundo.

En el caso de que actualmente cayera un asteroide como el ocurrido hace 3.260 millones de años, el cielo se pondría rojo por el calor generado, la superficie de los océanos herviría y la atmósfera se llenaría de polvo.

La indagación, encabezada por Norman H. Sleep, de la Universidad de Stanford, por primera vez permite establecer el tamaño y el efecto que tuvo este impacto en el planeta.

La colisión se habría producido en el cinturón de rocas verdes de Barberton, un área de unos cien kilómetros de longitud y 60 de ancho al este de Johannesburgo, Sudáfrica, donde existen rocas que son las más antiguas del planeta.

El impacto no sería allí, sino a miles de kilómetros sin que estos expertos puedan indicar exactamente dónde. Sin embargo, la formación geológica de Barberton y sus fracturas características encajan con los efectos del gran impacto de un asteroide.