Poco se ha publicado sobre los 12 canes que viajaban a bordo del transatlántico más grande del siglo pasado, el Titanic; pero gracias a los documentos de la empresa White Star (operadora de la nave) y testimonios de sobrevivientes, se sabe que todos pertenecían a pasajeros de primera clase.
Solo tres de los 12 canes sobrevivieron a la tragedia, pero el hecho de que los animales sobrevivieron a las gélidas temperaturas y al caos general de esa noche, es verdaderamente notable.
Ellos fueron Sun Yat Sen, un pekinés propiedad de Henry Harper, un acaudalado empresario británico, quien junto con su esposa Myra, lograron ser rescatados al llegar a uno de los primeros botes.
Lady, de raza pomerania, que viajaba con su dueña Margaret Hays. Ambas fueron rescatadas del bote salvavidas número 7 y, según comentan, la perra habría sido escondida entre las ropas o en el bolso de la señora y llegó sana y salva a Nueva York.
Otro pomerania del cual se desconoce su nombre pero fue propiedad de Elizabeth Barrett Rothschild, quien viajaba junto con su esposo, Martin Rothschild
De los perros que perdieron la vida en el naufragio, se sabe que había ejemplares de diversas razas,entre ellos: Un chow-chow campeón de belleza, un airedale terrier de nombre Kitty, propiedad de John Jacob Astor. Este fue la persona que liberó a los perros de sus jaulas en medio de la tragedia, aunque falleció, junto con su perra.
Un viejo airedale terrier, un king Charles spaniel y un mestizo de raza pequeña, propiedad de William Carter, quien sí sobrevivió y luego demandó a la compañía por sus perros y un auto Renault (que en la película Titanic de James Cameron formó parte de la escena de amor entre Jack y Rose), siendo uno de los juicios más resonantes de la época.
Un gran danés, del que se desconoce el nombre, propiedad de Anne Isham, quien se negó a subir al bote salvavidas si no dejaban subir a su perro. El buque ‘Bremen’ cuatro días del naufragio reportó haber visto a una dama en traje de noche abrazada a un perro de gran porte, congelados en el agua.
Gamin de Pycombe, un bulldog francés, tampoco salió vivo de la hazaña. Pero su dueño, al salvarse, exigió a la empresa propietaria del Titanic la devolución de lo que había pagado por su perro, una verdadera fortuna para la época.
También hay constancia de otros perros, posiblemente un borzoi, un galgo o un galgo afgano y un fox terrier, pero nunca nadie pudo confirmarlo, según consignan cientos de páginas de Internet que se refieren al tema.
Muchos medios se hicieron eco de un artículo publicado por el periódico New York Herald , el 21 de abril de 1912, basado en el testimonio de un supuesto marinero del buque Carpathia (primero en llegar al lugar del naufragio), de nombre Jonas Briggs, quien relató la conducta heroica de un perro de nombre Rigel, de raza terranova, propiedad de un oficial del Titanic, que habría ayudado a rescatar náufragos.
De no haber sido por su heroísmo, los sobrevivientes del bote que estaban a la deriva en la oscuridad en el camino del Carpathia se hubieran perdido para siempre.