Muchas veces nos hemos amanecido por su causa, otras tantas nos han provocado dolores de cabeza y hasta nos hicieron derramar lágrimas de felicidad o impotencia, así marcaron nuestra vida los , pero ¿sabes a quién o quiénes tenemos que agradecer “por su existencia”? ¿Cómo se instó el sistema para tomarlos? ¿Quién dijo que no se podía copiar ni mirar a ningún lado? Aquí te lo contamos.

Una información de BBC Londres revela que los exámenes no pertenecen a las pruebas educativas modernas, sino que datan de tiempos más antiguos, exactamente del siglo VII a.C.

En esa época, los chinos sometían a sus habitantes a unas pruebas llamadas “imperiales”, donde un grupo seleccionado de jóvenes era encerrado en celdas (abiertas por un solo lado) con algo con que dormir, un orinal, un escritorio y tinta para completar preguntas sobre los versos de Confucio.

Este sistema de examen imperial chino duraba 3 días… y noches. Tanta era la presión que algunos chinos enloquecían… Otros hasta morían.

“Tenemos evidencia de que en 1250 alrededor de 450.000 personas participaban en estas pruebas, pero sólo entregaban 600 diplomas”, señaló un experto consultado por BBC, precisando que aunque estas pruebas podrían ser mortales para algunos, otorgaban estatus, reconocimiento, conexiones y membresía en la élite local a los “aprobados”.