No es una situación a la que un ciudadano pueda acostumbrarse, ni que viva habitualmente. Pero los casos de tiroteos en lugares públicos o incluso en recintos cerrados se ven ya a los dos lados del océano Atlántico: Ya sea en París, en Nairobi, en Denver o en Los Ángeles.

Por tal motivo, se está haciendo un esfuerzo más grande por hacer llegar a los ciudadanos unas pautas de respuesta ante estas dramáticas situaciones.

Es Estados Unidos donde el panorama es más alarmante y, por ello, en donde más se divulga este tipo de información. De hecho, una universidad en San Diego introducía recientemente un ‘Cursillo de Respuesta ante un Tirador Activo’, donde se explicaban las pautas de actuación ante la amenaza de un pistolero. También el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense ha publicado una lista con consejos y hasta un vídeo en YouTube hace pocos meses donde proporciona en menos de cuatro minutos unas pautas básicas para los ciudadanos.

‘Normalmente los tiradores activos usan armas de fuego y no tienen un patrón o un método en su selección de víctimas’, dice el informe ‘Cómo responder ante un Tirador Activo’ elaborado por el citado ministerio. Según destaca, hay que tener en cuenta que este tipo de situaciones son impredecibles y evolucionan rápidamente, y que los 10 o 15 minutos que tardan en llegar las fuerzas de seguridad son vitales para sobrevivir. ‘Los individuos deben estar preparados tanto mental como físicamente’, explica el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense.

Los principales consejos a tener en cuenta parten del entorno. Localizar cuáles son las salidas más cercanas, aunque si el ciudadano se encuentra en una oficina, lo mejor es permanecer allí y cerrar la puerta. Si, por el contrario, está en un pasillo, habría que entrar en una habitación y cerrar la puerta, reforzándola con muebles y todo lo que tenga a su alcance.

Y, como último recurso, si la víctima tiene al tirador delante y no puede huir, las posibilidades de sobrevivir son mucho mayores si intenta incapacitarle, en vez de implorar por su vida, explica el informe. Sólo cuando la persona esté a salvo, es el momento de llamar a las autoridades.

Lo cierto es que en función de dónde se desarrolle el tiroteo, si en un lugar abierto o en un recinto cerrado, el modus operandi para intentar salvarse varía. En un recinto cerrado, las principales opciones a considerar son dos: evacuar o esconderse. Intentar huir sólo es viable cuando exista una ruta de escape accesible y no pase por la zona en donde opera el tirador.

También es importante olvidarse de las pertenencias o de mover a los heridos, aunque sí hay que intentar animar a otras personas a escapar.

Esconderse cuando no es posible evacuar

Cuando la evacuación no es posible, entonces es mejor tratar de esconderse en un lugar que quede fuera del campo de visión del tirador. Debajo de una mesa, con la silla pegada y tapando el espacio entre el escritorio y el suelo es una opción.

Si se trata de una habitación aparte, hay que cerrar la puerta, bloquearla, apagar las luces y mantenerse lejos de las ventanas. En este sentido, es importante silenciar completamente el móvil y mantenerse quieto y en silencio.

Sin embargo, cuando el tiroteo se produce en un exterior, lo primero que hay que hacer es tirarse al suelo al oír los disparos o visualizar al pistolero. Una vez allí, y olvidándose de todas las posesiones, se debe comprobar de dónde vienen los balazos de la forma más sutil posible: con el oído. Sólo después, y con la seguridad de no estar dirigiéndose hacia el foco del conflicto, es el momento de buscar una cobertura que sirva tanto de escondite como de protección frente a los disparos: un desnivel en el suelo, mobiliario urbano… Y, una vez más, sólo cuando uno se crea a salvo, alertar a las autoridades y alejarse del lugar.

Fuente: ABC